Blogia
Desde mi escaño

Bárcenas, Rajoy y la falta de muchas explicaciones

Bárcenas, Rajoy y la falta de muchas explicaciones

La sociedad española tiene que decir de una vez por todas que basta ya. Basta ya de tomaduras de pelo con Bárcenas, con Rajoy, con el PP, con sobres, con papeles, con un circo que en nada nos beneficia de cara al exterior. Nos están viendo desde fuera como un país que ha hecho de las corrupciones su modus vivendi, parecemos unos verdaderos pillos prestos a endiñársela al primer cándido que pase por delante de nuestro portal. Decíamos de los griegos, pero es que en España se ha institucionalizado el trinque y el delinque como deporte olímpico. Nos toman diariamente el pelo y, lo peor de todo, es que los medios de comunicación se han vuelto completamente locos en una guerra en la que parece que ahora Bárcenas fuese el santito de estampita al que hay que defender. Verdaderamente, de locos.

Yendo por partes, y tirando de hemeroteca, nadie en el Partido Popular puede negar la evidencia, es decir que conocían a Luis Bárcenas, un señor que llegó a ser senador y tesorero en Génova 13. ¿Qué sucede ahora? ¿Nadie llevaba una auditoría de las cuentas o es que, en realidad, hay que darle credibilidad a los papeles-fotocopias? Los indicios son claros y parece que El País, aunque fuesen fotocopias, estaba en lo cierto a la hora de atreverse a publicar esos documentos. El folio que sacó El Mundo coincide diametralmente con uno de los que llevaba El País, absolutamente en todo. Es decir, la coartada que tenía el PP, decir que aquello eran fotocopias, un burdo montaje, se le ha desmontado como por arte de magia.

Hay quien dice, con tal de preservar la integridad de Rajoy y del PP, que cómo se puede dar credibilidad a alguien como Bárcenas, que ese señor sólo intenta salvar su honor. Y sí, convengo en que el ex tesorero es un desahogado, un vividor de marca mayor, un jeta con todas las letras, pero hasta llegar a atesorar 48 millones de euros hace falta algo más que suerte, caradura o conocer las cañerías de la ingeniería contable. Bárcernas nunca pudo hacer esto sólo y, en el mejor de los casos, tuvo que tener el claro consentimiento del partido, ¿tal vez aquellos que ahora salen en sus anotaciones y cobraron a manos llenas?

 Pero claro, ¿cómo podemos esperar que el PP le meta mano a este asunto si el principal interesado en explicar lo que ha pasado, Mariano Rajoy, acusado de cobrar sobresueldo siendo ministro, algo expresamente prohibido por ley, se escuda en el silencio o en el plasma? Lo que más vergüenza me da de todo esto es que hasta las nuevas generaciones (con y sin mayúscula) están como abobadas, pensando más en los ‘Sálvame’ de turno que en lo que realmente les debería preocupar, los pelotazos políticos. Y claro, ¿resultado? Que tiene que venir una estudiante alemana a intentar poner rojo de la vergüenza a Carlos Floriano cuando le pregunta si piensa el PP o el Gobierno tomar medidas contra los que han metido mano en la caja. No, si al final tendrá que ser Merkel la que le saque a Rajoy la verdad a base de apretarle el gaznate o esperar a que acabe el Tour, que Marianito debe estar que no se despega del plasma viendo las evoluciones de la carrera francesa.

0 comentarios