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Desde mi escaño

La marginación de ser mujer deportista en Costa Rica

La marginación de ser mujer deportista en Costa Rica

Decimos que a veces en España a las deportistas se las mantiene relegadas a un lugar marginal, en un segundo plano respecto a sus compañeros aun atesorando tantos o más méritos sobre el terreno de juego. Pues bien, hay naciones en las que ser mujer y deportista no es que suponga toda una heroicidad, es que poco menos que el olvido que sufren éstas, amén de las dificultades para competir, resulta altamente denunciable. Lo peor es que hay instituciones que creen que regalando unas migajas ya han solventado el problema. Craso error.

Fíjense ustedes lo que sucede en una nación como Costa Rica y cómo se mueven los directivos de la llamada Comisión de la Galería del Deporte. Resulta que el pasado 17 de junio, en la sesión ordinaria 856-2013, se dispuso que la Comisión que seleccione a los aspirantes entre la lista de elegibles, al menos uno de los candidatos debe ser mujer. Sí, a lo que se ve, durante muchos años, aquí las féminas no contaban para nada y bueno, se abre ahora una pequeña puerta a que tengan visibilidad, pero con una pequeña trampa que ahora les relato.

Y es que en caso de no existir una candidata que cumpla con los requisitos mínimos para ser miembro de la Galería, de conformidad con este reglamento, se elegirá a dos candidatos y el tercer puesto quedará vacante. En realidad. En Costa Rica siguen sin ver la potencialidad femenina en el deporte, pero se le da una capa de barniz, se intenta vestir con el disfraz de la dignidad lo que resulta completamente indigno, una verdadera vergüenza.

Y eso que se han alzado voces crítica como la de Dyaláh Calderón, la viceministra de Educación que sentenció que: “La última mujer que ingresó a la Galería del Deporte fue Silvia Poll (ex nadadora y actual diplomática) en el 2000, hace 13 años. No siempre las mujeres compiten en igualdad de condiciones que los hombres porque, entre otros aspectos, deben cubrir una familia ampliada y es ahí donde surge el deber de procurarles una mayor equidad”.

Esto, que en realidad debería suponer un plus, un acicate a tener en cuenta, ver cómo unas mujeres no sólo son capaces de sacar adelante su hogar, sino que encima tienen tiempo para la faceta profesional y deportiva y el resultado que encuentran a cambio es un olvido y una marginación por parte de las autoridades deportivas costarricenses. Esperemos que se den pasos en pro de la integración y, sobre todo, de una igualdad real y efectiva.

En colaboración con Proyecto Hoy

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