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Desde mi escaño

Segovia: Mucho más que El Acueducto

Segovia: Mucho más que El Acueducto

Mucho más que El Acueducto. Eso es Segovia, una pequeña, pero soberbia ciudad castellana que se convierte cada fin de semana en un auténtico imán para los madrileños que optan por pasar unas horas o incluso hacer noche en la misma. Pero no sólo los habitantes de la capital de España vienen en masa hasta esta urbe, turistas de todas las nacionalidades se pirran por conocerla a fondo, por callejear arriba y abajo, por sentir su alma, su religiosidad, su cultura y su historia, un lugar en el que el visitante se puede topar con vestigios árabes, romanos y cristianos, todos ellos conviviendo en perfecta armonía y que hacen de este enclave un lugar único para tener la escapada perfecta.

A sólo 28 minutos de Madrid en tren rápido o a menos de una hora en carretera, Segovia espera a los turistas con muchos encantos. Por supuesto, qué duda cabe, El Acueducto es lo que enamora a primera vista, seguramente debe ser uno de los monumentos más fotografiados a nivel mundial. Si la ONU quisiera poner una subsede, sin duda los alrededores de este monumento romano serían el lugar ideal: ingleses, japoneses, franceses, argentinos, brasileños, marroquíes, alemanes….cualquier nacionalidad que usted imagine, ahí se la pueden encontrar.

Pero una vez recuperado de la hipnosis que produce en cualquier persona El Acueducto, luego, subiendo por una de las vías principales y comerciales de Segovia, la calle Corpus, uno se topará con una preciosa Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, el teatro de la ciudad, un pequeño templete musical y, sobre todo, la Catedral, un edificio conocido como la Dama de las catedrales por ser la última edificación gótico erigida en España.

Y apenas unos centenares de metros más allá, el fantástico Alcázar de Segovia, con ciertas semejanzas al de Toledo, con una vistas espectaculares, un edificio plagado de Historia. Entre esos hechos históricos, la coronación de la Reina Isabel de Castilla. Y si usted se encuentra en una forma física aceptable, no deje de subir a la torre del Alcázar, sólo le esperan 152 escalones que le restarán energías, pero a cambio podrá verse recompensado con un paisaje sensacional de toda la campiña castellana por una vertiente y por otra una panorámica de toda Segovia y de la sierra madrileña.

Después de esta excursión, sobre todo si se ha decidido por ascender esa torre, tendrá necesariamente un hambre canino y si algo sobra en Segovia son restaurantes y a cual más bueno que el anterior. Aunque sea un poco más caro que el resto, la recomendación es visitar Casa Cándido y probar, cómo no puede ser de otra manera, el cochinillo. No sólo va a disfrutar con el plato, sino también con esa estampa única de poder tocas casi con la mano El Acueducto. Sin duda, un fin de semana o una excursión dominical totalmente inolvidables.

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