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Desde mi escaño

El mejor plan del 1 de enero: El Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena

El mejor plan del 1 de enero: El Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena

Sé que soy pesado, pero la mejor manera de comenzar el Año Nuevo es ponerse delante de la televisión y no perderse un solo detalle del concierto que tradicionalmente ofrece la Filarmónica de Viena a buena parte del mundo. Está claro que lo ideal sería vivirlo in situ, en la sala del Musikverein, pero hablamos de un coste bastante elevado para los bolsillos, sobre todo si no se ha reservado desde hace un año. Ahora mismo, uno puede encontrar localidades al nada módico precio de casi 5.000 euros (y habrá quien los pague porque el espectáculo lo merece).

Este año se ha invitado a Daniel Barenboim a dirigir el Concierto de Año Nuevo de 2014, que en esta ocasión rendirá homenaje a las víctimas de la I Guerra Mundial en el primer centenario del inicio del conflicto bélico. Asimismo, se tributará un reconocimiento a los 25 años de colaboración musical de la orquesta con el Director General Musical de la Ópera Estatal de Berlín, quien dirigió su primer Concierto de Año Nuevo con la Filarmónica de Viena en 2009, y por todas sus aportaciones artísticas, así como el reconocimiento mundial de su coraje personal por construir puentes y reconciliar lo irreconciliable.

Durante décadas, la Filarmónica de Viena ha presentado a su público en el cambio de año un programa alegre y reflexivo del amplio repertorio de la familia Strauss y sus contemporáneos. Gracias a la retransmisión por televisión a más de 70 países, estos conciertos de Año Nuevo gozan de una gran popularidad no sólo en Viena sino en todo el mundo. Nacidos durante una época oscura de la historia austriaca, los conciertos fueron concebidos para animar a la población austriaca y a su vez darles la esperanza de que llegarían tiempos mejores. Hoy en día millones de personas en todo el mundo se sienten de ese modo con esta música, a veces desenfadada y otras profunda, y que aporta optimismo y alegría para el nuevo año.

Al programa diseñado cuidadosamente para cada ocasión, le siguen tres repeticiones principales o bises. Durante la segunda repetición (la tradicional marcha El Danubio Azul, de Johann Strauss II, Op. 314, 1867), el público interrumpe con aplausos en los primeros compases y el director, en nombre de la orquesta, desea al público (de todo el mundo) un Feliz Año Nuevo. En la tercera y última parte tradicionalmente se interpreta la Marcha Radetzky (Johann Strauss I, Op. 228, 1848), si bien en 2005 no se interpretó por un motivo de peso, ya que estaba muy reciente el tsunami del 26 de diciembre de 2004 en Asia y que se llevó por delante centenares de miles de vidas humanas.

Desde 1959, el Concierto de Año Nuevo es retransmitido en directo por la ORF (la televisión nacional austriaca) a más de 70 países, en 2010 se emitió por primera vez en HDTV y por internet. Desde 1969 la Unión Europea de Radiodifusión retransmite el concierto en color. La emisión ha sido dirigida desde 1991 hasta 2009 y en 2011 por el director inglés Brian Large. En 2010 fue dirigida por Karina Fibich. Desde 2008, Barbara Rett ha comentado el concierto para el público austriaco, quien sucedió a Ernst Grissemann, comentarista del concierto durante 25 años. Como acompañamiento a la retransmisión por televisión se muestran secuencias filmadas o fotografías relacionadas con las piezas. También se emiten ballets en el palacio de Schönbrunn para los telespectadores. En 2007 se proyectaron por primera vez ballets interpretados en los jardines barrocos del castillo.

Estas piezas habitualmente están interpretadas por bailarines del Ballet Estatal de Viena y en ocasiones han contado con el Ballet de la Ópera Estatal de Viena, la Ópera Popular de Viena, la Ópera Estatal de Baviera, así como estrellas internacionales invitadas. En 2008 fue la primera vez que se bailó en directo en la Sala Grande, situación que se repitió en 2011 con la aparición de once bailarines de 15 años de la Escuela de Ballet de la Ópera Estatal de Viena. En 2011, Valentino diseñó los trajes para el ballet que se interpretó en el Kunsthistorisches Museum (Museo de Arte e Historia). Asimismo, la decoración floral de Año Nuevo es un presente de la ciudad italiana de Sanremo desde 1980. Ahora sólo queda que ustedes lo disfruten.

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