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Desde mi escaño

Verificado: El vídeo de ETA, un paripé

Verificado: El vídeo de ETA, un paripé

El circo de los verificadores de ETA va a dar para mucho…pero de lo malo. El paripé que esta mezcolanza de holandeses, británicos, ecuatorianos y sudafricanos que se plantó en España para dar a conocer el ya famoso vídeo de la vergüenza viene sólo a demostrar una cosa, que no hay intención alguna por parte de la banda terrorista en abandonar sus primigenias costumbres de sembrar el pánico y que se ha recurrido a unos verdaderos feriantes para que hagan el numerito…a cambio de llevárselo calentito a sus bolsillos, ya que aunque las cifras no están claras, pero se habla de que el promedio de lo ingresado por jornada de verificación asciende nada más y nada menos que a 600 euros por barba barbilla…y cara caradurilla.

Además, ¿quiénes son estos verificadores? ¿A ton de qué tendríamos que considerarles autoridad incuestionable para creernos el cuento de que ETA ya es historia? Lo que pudimos presenciar en la bochornosa producción videográfica fue lo más parecido a que un juez entre en un gran almacén donde se supone que se ha apresado el mayor alijo de droga jamás conocido y cuando se abren las puertas lo único que se topa el magistrado es con una mesa llena de jeringuillas, unas rayas y un par de paquetes de cocaína. ¿Y para eso tanto cuento y tanto montaje?

En realidad, el vídeo tiene una lectura muy clara, que ETA no sabía como desprenderse de un armamento ya caduco y la llegada de estos verificadores le venía de perlas para jugar de boquilla. Mostramos lo que queremos que la gente se crea, pero en realidad nosotros seguiremos por la misma senda, la del terror, aunque éste sea ahora invisible. Alguien que desea acabar de todas todas con un conflicto armado, con los asesinatos, se quita la capucha y habla a cara descubierta. Pero este no es el caso.

Vamos, de no llegar a explicarnos cuál era el contenido del vídeo, más de uno habríamos pensado que se trata de un promocional de la nueva película de Santiago Segura, Torrente 5, y que uno de esos encapuchados era Jesulín haciendo el bobo. Menos mal que, por una vez, la Audiencia Nacional ha decidido tomar cartas en el asunto, aunque tampoco es que tenga demasiada fe en la contundencia de un órgano que hoy piensa A y mañana B.

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