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Desde mi escaño

Ciudadanos: lo único potable para las elecciones europeas

Ciudadanos: lo único potable para las elecciones europeas

Las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina y, sinceramente, pocas (por no decir ninguna) opciones me parecen a día de hoy ideales para ser votadas como ciudadano. No convencen al común del censo electoral. Sus programas ya están demasiado manoseados, ensuciados con vagas promesas, con falsas realidades. Lógico que esta sea la cita donde, de lejos, hay mayor abstención por parte de los votantes. No es de extrañar. No es un hastío de la política, sino más bien de quienes hacen la misma.

Comencemos con el partido actualmente en el poder, el PP. A fecha de hoy (cuando se está escribiendo este artículo, las 22.09 de la noche de un lunes 10 de marzo de 2014) no tiene determinado quién será su cabeza de cartel a los comicios comunitarios. Si a estas alturas aún no ha dado una sola pista el presidente Mariano Rajoy es que en Génova 13 dan por perdidas esta convocatoria y la única preocupación es colocar a dos docenas de cuneros en un euroescaño para llevárselo crudo en business class y decir ‘si bwana’ a lo que venga de Estrasburgo, sobre todo del Tribunal de Derechos Humanos.

El PSOE, con Elena Valenciano al mando de las operaciones, puede llevarse otro varapalo. Por lo pronto, al margen de la matraca abortiva, la primera idea de su candidata (al menos en Ferraz 70 tienen a alguien como cabeza de cartel) no es otra que decir que espera copiar el modelo de la Junta de Andalucía en Bruselas. Creo que ya están buscando a la jueza Alaya belga para empezar a juzgar los futuros ERE fraudulentos y fondos de reptiles que pudieran derivarse de tales políticas.

UPyD es una fuerza que a mí no me acaba de convencer. Sigue imperando el culto suntuario a su presidenta, a Rosa Díez, las bases siguen quejándose de que la formación magenta es una especie de pequeña Corea del Norte donde un 99,9% de apoyo a su jefa supone ya la existencia de insalvables discrepancias que suelen resolverse con la salida de los que no están con la ex socialista. Tampoco es que se le conozca a esta formación una idea clara de lo que quieren hacer en Europa.

Izquierda Unida / Plural o Pluscuamperfecta. Con los comunistas no hay sorpresas. Para ellos la Europa ideal comenzaría desde la reconstrucción del muro de Berlín, la resurrección de Ceacescu y que ponga firme a todo el continente un Stalin redivivo. Estos podrían ser compañeros ideales de camino de Pablo Iglesias para reordenar a la UE en diversas checas en las que someter a quienes no comulguen con ese comunismo más radical de sopa de col e igual pobreza para todos los ciudadanos, salvo para los camaradas del Kremlin, claro.

VOX, el partido de los rebotados del PP, los mismos que hasta antes de ayer daban por bueno el sistema electoral, pero como ya no van en las listas se montan un engendro por su cuenta y riesgo y además con engaños, ya que este partido llevaba en la mente de sus pergeñadotes hace algunos meses, pero ahora es cuando se ha puesto en marcha. Santi Abascal y los cuatro del taxi salieron a dar la cara y ahora será el abonado a la business class, Alejo Vidal-Quadras, el mascarón de proa hacia Europa. Votar al PP o a VOX es lo mismo. Estos no se han vuelto idealistas demócratas porque sí, sino porque han perdido sus prebendas.

Y llegamos a lo único decente, Ciudadanos, el partido de Albert Rivera y que en unas primarias limpias, transparentes, sin favoritismos, han puesto a Javier Nart como cabeza de lista. Al igual que ha hecho este partido en Cataluña, la idea es clara, ponerse en los zapatos de los ciudadanos, defenderlos ante los abusos del poder establecido y, desde el momento en que logren meterse en las instituciones, trabajar a fondo para acabar con una administración mastodóntica, llena de personal paniaguado, con el carnet en la boca, pero sin méritos relevantes para estar calentando un sillón y llevándoselo crudo a final de mes. Sinceramente, Ciudadanos encarna ahora mismo lo que se requiere en la política, transparencia y bolsillos de cristal. Ojalá que no cambien, los ciudadanos lo íbamos agradecer eternamente. Y desde luego, desde estas modestas líneas, señores Nart y Rivera, ya cuentan con mi humilde voto.

1 comentario

Elefante -

Me sucede lo mismo. De momento, me convence. Algo reluce entre toda la mugre.

Un saludo, ciudadano.