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Desde mi escaño

Otro maltrato más de TVE al deporte femenino

Otro maltrato más de TVE al deporte femenino

¿Qué más tendrán que hacer nuestras baloncestistas para que TVE, esa corporación que pagamos todos los españoles de nuestro bolsillo, trate de una vez por todas como se merece al deporte de la canasta femenino y no le siga programando partidos a horas intempestivas, dejando el prime time para encuentros de la ACB que a veces tienen de emoción lo mismo que a un científico hablando sobre el apasionante mundo de la reproducción de las tortugas?

El pasado sábado 8 de marzo de 2014 en Teledeporte optaron por poner a media mañana el choque entre el Conquero de Huelva y el Gran Canaria. Vamos, no he tenido ni la preocupación en ver el share que alcanzó la retransmisión, pero estoy convencido de que hemos sido unos pocos de miles de espectadores los que estuvimos presenciando las evoluciones de ambas escuadras sobre el parquet de la cancha onubense.

Insisto, nuestras chicas fueron campeonísimas de Europa en las diferentes categorías y al menos se merecen un respeto por parte de los programadores televisivos, pero mucho más si hablamos de la televisión pública. Encima no es una cadena que esté sometida a la dictadura de la publicidad, así que por qué no fijar los encuentros a una hora más mediática. Incluso, la final de la Copa de la Reina, disputada hace algunas semanas, fue llevada a primera hora de la tarde, en vez de un domingo a mediodía o a partir de las siete de la tarde. Nada, se hace el gesto de dar deporte femenino, pero se le ubica en los peores sitios de la parrilla.

Desgraciadamente, habrá que seguir conviviendo con este hecho diferencial. No hace mucho tampoco que aquí le dábamos más bombo y platillo a ese patinador español que quedó cuarto en los Juegos de Invierno de Sochi que a la reciente medalla de Ruth Beitia en los europeos de atletismo.

Así les luce a algunos directivos el pelo, dando más cancha a hombres que no han conseguido nada (un diploma olímpico) que a campeonas que lo demuestran a diario, sin tener las ayudas que tienen sus colegas masculinos, y trabajando en la cancha, en el tartán, en la piscina o campo a través como si en ello les fuese la vida cuando en realidad sólo lo hacen por amor al deporte ya que, y ese es otro drama, casi todas estas deportistas, si no es por una beca ADO, deben vivir de su trabajo y dejar la preparación para horas intempestivas. Y aún así, campeonas. Esa es la diferencia.

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