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Desde mi escaño

España fue la Dinamarca de octavos de México 86

España fue la Dinamarca de octavos de México 86

Sin excusas. Èspaña sucumbió por méritos o deméritos propios frente a una Holanda que nunca le perdió la cara al partido. El 1-0, de penalti más o menos discutible, dejó algo tocados a los de Van Gaal y podían haber quedado enterrados si Cillesen no está presto a despejar con las yemas de los dedos ese balón que dejaron franco a David Silva. Esta vez, al igual que le pasó a Robben en Sudáfrica, la moneda salió del revés para los intereses nuestros. Del posible 2-0, el empate a uno y al descanso.

La segunda parte fue como una pesadilla sin fin. Igual que aquella España de Emilio Butragueño que masacró a los daneses en los octavos de final de México 86 en unos 45 minutos primorosos tras el descanso, ayer los holandeses fueron un tormento para la defensa española. Los laterales, a verlas venir, y la defensa, en Babia. Y el portero de los milagros, San Íker, se quedó sin tales después de la parada que le hizo a Sneijder casi al inicio del encuentro.

Ahora, por supuesto, lo fácil es hablar mal de nuestra Selección, del seleccionador y de todo aquel que se nos ponga por delante porque el fútbol carece de memoria y ahora quedan muy lejos las Eurocopas de 2008 y 2012 o el Mundial de 2010, pero España es lo que es gracias a ese grupo de profesionales que tantas alegrías nos han dado y que ayer se dieron un batacazo como hasta ahora no se había conocido (al menos en tiempos recientemente pretéritos) en la historia de nuestro balompié patrio.

A Del Bosque se le puede achacar, al igual que a los jugadores, el bloqueo mental que supuso encajar el 1-2 o el 1-3. Se lanzó la táctica a la desesperada tratando de rescatar al menos un punto del naufragio y al final la artillería holandesa hizo astillas cualquier atisbo de limar las diferencias en el electrónico hasta coronarlo con un sonrojante 1-5 que nos pone la permanencia en tierras brasileñas con billete de vuelta casi sacado.

El problema no es la derrota en sí, porque eso nos pasó en el 2010 ante Suiza y luego miren, campeones del Mundo. Lo que sucede es que los cuatro tantos de diferencia en una liguilla de cuatro equipos es que condiciona muchísimo el futuro de España que, como mínimo ya debe ganar lo que le queda y luego tener mucha puntería de cara al gol para poder ponerse con saldo positivo de cara a un posible empate a seis puntos con Chile y Holanda. Pero antes de hacer las cuentas de la lechera, habrá que vencer a los chilenos y eso, a día de hoy, con el ridículo inaugural está muy en el aire, aunque no queda otra que confiar en este grupo.

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