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Desde mi escaño

Olvido Hormigos: una calculadora bajo la falda

Olvido Hormigos: una calculadora bajo la falda

Olvido Hormigos sigue insistiendo en no alejarse del primer plano mediático. Cuando los medios de comunicación (bueno, aquellos que se precian de vender como información lo que es pura bazofia) no la llaman, ella se las arregla y se las compone para montar un circo y convertirse en noticia, aunque sea por unos días o unas semanas y después, como el Guadiana, desaparece…hasta que obviamente vuelva a surgir porque es lo que suele pasar, que cíclicamente sale del vertedero para reciclarse por enésima vez.

Ahora esta señora se dedica al arte de meterse con quienes la criticamos y como no tenía mejor cosa que hacer, ha lanzado a sus hordas de tuiteros yihadistas para ponerme a caldo. Hay que decir que es especialista esta macarra en revertir situaciones desfavorables para ella, especialmente lo del tema del vídeo pornográfico. En cualquier familia normal, el simple hallazgo de esas imágenes habrían servido para que su marido se hubiese divorciado. Pero el esposo, que debe ser un santo de los que ya no quedan, acabó perdonando las infidelidades de su mujer…pero está claro que todo tiene un límite y hasta el más paciente acaba perdiendo los papeles o, por lo menos, toma medidas drásticas.

Y es que Jesús Atahonero optó por, ante el montaje sucio y rastrero de Olvido en plena calle de Madrid en la que un fulano se daba un homenaje como si no hubiera un mañana, pedir la separación de esa bruja calculadora, de una persona que no tiene alma, sino una calculadora bajo el tanga o bajo la falda. Porque Olvido se pone muy digna, pero su dignidad vale concretamente lo que tardan en firmarle un cheque de tres o cuatro ceros, ya sea para protagonizar una escena de serie B en las calles de Madrid o prestarse a un Interviú de saldo y esquina porque, obviamente, la mercancía principal ya la habían visto otros con anterioridad.

En fin, Olvido seguirá haciendo su vida de postureo, haciendo negocio con sus dramas y con su cuerpo, pero la pena es que ha convertido a su familia, a su marido y a sus hijos en el auténtico hazmerreír de Los Yébenes. Igual hay algún partido de estos populistas que la convence para que vaya de candidata a alcaldesa, como la mítica Cicciolina.

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