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Desde mi escaño

Javier Limón exprime el drama del ébola

Javier Limón exprime el drama del ébola

Se llama Javier Limón y, haciendo gala de su apellido, está exprimiendo hasta la extenuación el caso de su esposa, Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que fue contagiada por el virus del ébola y que, a Dios gracias, ya está plenamente recuperada y breve saldrá del hospital. Lo único que va a cambiar en la vida de este matrimonio es que van a pasar de las cuatro paredes de un centro sanitario a la de los platós de las televisiones y, siendo malpensado, con jugosos cheques de por medio en algunos casos.

Lo miserable de este señor es que, lejos de estar contento con la feliz recuperación de su mujer, está más pendiente de ver cuántas demandas puede meter, a cuánta gente le puede sacar pasta (si es que lo consigue). Ya les digo, el tipo está exprimiendo el asunto hasta la saciedad. Pero siempre hay quien pone un punto de cordura en la chaladura y la flipadura de la gente y esa ha tenido que ser la periodista Mariló Montero en ‘Las Mañanas de La 1’, en RTVE.

La conductora del programa entrevistaba el 29 de octubre de 2014 al señor Limón (muy ácido, por cierto, de carácter) y le venía a decir que reflexionara, que no se obcecara con meter denuncias a todo trapo que, aunque pudiera tener al principio una corriente crítica a favor y pudiera alcanzar la cúspide de la fama, muchas otras personas que estuvieron en escenarios similares acabaron siendo juguetes rotos, auténticos guiñapos de los que nadie se acuerda.

La sesuda y acertada recomendación de Montero fue entendida por la yihad tutear como una especie de amenaza al marido de que si se metía en pleitos legales, le iba a caer la del pulpo. Nada más lejos de la realidad. Lo que la periodista quiso atajar fue, precisamente, un mal mayor. Teresa Romero se ha recuperado, las cosas se han hecho bien, quitando a los bocazas de los políticos, y lo ideal sería poner un muro y empezar a vivir de nuevo la vida. Pero me temo que este matrimonio tiene demasiada querencia a salir en los medios y encima me da que les gusta más que a un tonto un lápiz el verse, de repente, ganando dinero fácil. Pero el señor Limón debería saber que todo lo que se exprime acaba quedándose sin jugo.

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