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Desde mi escaño

Pablete, el de los milloncetes como Iglesias

Pablete, el de los milloncetes como Iglesias

Menudo morramen que se nos gasta el mesiánico Pablo Iglesias, correligionario de la santa cofradía del haced lo que digo y no lo que hago. Este jeta con coleta decía a voz en grito en sus mítines que todos los políticos son casta y que cuando él llegase al poder se iban a acabar los privilegios, empezando por los sueldos. Que aquí el que más iba a ganar no iba a exceder de tres veces el salario mínimo interprofesional. Es decir, que el tope iba a estar en unos 1.800 napos, euro arriba, euro abajo.

Pero hete aquí que al de Podemos le acaban de pillar las ganancias relativas, ojo al dato, al año 2013, cuando aún no podía soñar ni de lejos ser eurodiputado. Pues bien, el caradura éste se embolsó por diversos conceptos 70.000 euros, es decir, a una media cercana de 6.000 euros al mes. Claro, lo del salario mínimo queda de cara a la galería, a vendérselo a los ‘Tontora’ de turno, que con su sonrisa de mermelada se traga cualquier patraña de estos cuatreros (y no porque vayan precisamente a Cuatro como si aquello fuese su segunda residencia).

Tiene su coña y su guasa que el tipo que tendría que dar ejemplo y demostrar diferencias notables para que la gente elija a Podemos en lugar de la casta, resulta que es tan o más chorizo que los que están. Alguien puede decir que no es igual el chanchullo de la productora o de la beca Black de Errejón. Claro que no es lo mismo, pero si ya se dedica Iglesias y compañía a estas actividades ilícitas sin haber tocado poder, ¿qué podemos esperar el día que manejen una institución? Vamos, se reparten el dinero entre los cuatro amiguetes.

Normal que ahora el líder de Podemos no quiera hablar con medios que no sean amigos. Tiene demasiados frentes abiertos, los suficientes como para que se le caiga el pelo (coleta incluida). Su sonrisa se va apagando a medida que se conocen más datos sobre sus ilegalidades y razón de ello es no presentarse a las elecciones municipales dando la cara con su marca. Los chicos morados han optado por camuflarse en marcas Light, al estilo de lo que en su momento hacían los proetarras de HB, que siempre creaban partidos de tapadillo para poder concurrir a las urnas. Dios nos coja confesados con esta caterva de chavistas y comunistas de trapillo.

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