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Desde mi escaño

Miss ébola Teresa Romero ataca de nuevo

Miss ébola Teresa Romero ataca de nuevo

Teresa Romero, miss ébola, sigue los preceptos de su pareja sentimental, Javier Limón, y también se ha sumado a la máxima de exprimir el drama de su contagio. Dice la desahogada ésta que en el acto de conciliación con el señor Rodríguez, consejero de la Sanidad de Madrid cuando se produjeron los hechos, sólo quería que este político le pidiese perdón. Eso sí, aparte del perdón, 150.000 euros en conceptos de lesiones a su honor por haberla acusado de actuación irresponsable por no haber advertido antes de lo que realmente le pasaba.

Insisto en mi teoría de que, independientemente de que los modos del consejero no fueran precisamente los más correctos para el caso, dígame, señora Romero, ¿en qué ha faltado a la verdad el señor Rodríguez? Usted, y sólo usted, sabe perfectamente que debía haberse sometido a unas pruebas después de haber atendido al segundo misionero fallecido por el ébola, máxime tras reconocer que había padecido fiebres altas días después de que este feneciese. Pero no, usted optó por pensar únicamente en sí misma y que a los demás le fueran dando, ya fuesen los otros opositores, algún que otro celador, el perro Excálibur o la dueña de la peluquería y las clientas que hubiese en ese momento.

Pide usted a la administración pública 150.000 euros por daños a su honor. ¿Y en cuánto deben cuantificar las empleadas de la peluquería y su propietaria el dineral que han dejado de percibir estas semanas, amén de la pérdida de clientes tras conocerse cuál era el local de marras? ¿Se ha parado usted a pensar en eso? ¿O es que es tan sumamente desahogada que sólo tiene ese piquito de loro para reclamar pasta, que es, por cierto, lo único que le interesa de toda esta historia?

Es una pena que haya gente de su catadura moral por estos mundos de Dios. Agradecida debía estar de poder estar restablecida. Dos misioneros no tuvieron esa fortuna y encima su caso fue perdiendo fuelle en los medios de comunicación hasta desaparecer. Usted, en cambio, quiere meternos hasta el fantasma de Excálibur al que ya sólo le falta tener abogado para que también le hagan Justicia. Deplorable.

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