Blogia
Desde mi escaño

José Carlos Marrero: pelotillero y rastero de poca monta

José Carlos Marrero: pelotillero y rastero de poca monta

Un pelotillero, un rastrero de poca monta, que ha sido desmontado por fin por un valiente periodista. José Carlos Alberto ha dejado a los pies de los caballos a José Carlos Marrero, el que fuera santo y seña de COPE Tenerife, y que, a Dios gracias, fue puesto de patitas en la calle tras el régimen de terror que impuso dentro de la cadena y las pésimas condiciones laborales que tenían que tragar algunas personas que iba en proporción directa al aumento de su opulenta vida y desmedida barriga adepta a los sitios más exclusivos de la isla. 

Sí, José Carlos Alberto ha tenido el coraje y el valor de poner a este falsario proa al marisco (aún a riesgo de que se lo devore íntegro, ya que él no perdona un bocado ni un ágape). Marrero ha sido y es un sujeto que le hace la pelota al poder mientras éste le dé a cambio perritas para sus proyectos. Escuchar el magazine local de La Mañana de COPE en Tenerife era poco menos que un sufrimiento y quienes trabajaban con él, aún lo padecían más.

Me contaban que hace años, en una entrevista con el entonces presidente del Gobierno de Canarias, el malogrado Adán Martín, el jefe de los servicios informativos de aquella etapa, Eugenio González, vivió en primera persona como Marrero se sentó en el estudio y se dedico a hacer un panegírico de entrevista a mayor gloria del mandatario nacionalista. Las babas salían por la galería comercial del Mercado de Nuestra Señora de África sin que nadie pusiera freno a ese despropósito periodístico.

Marrero, entre otras ‘virtudes’, tenía por norma no juntarse ni hablar con lo que él consideraría chusma, es decir los redactores de base de otros medios. En viajes y demás bonchos oficiales, este señor sólo buscaba a los jefecillos de turno para hacerles la rosca a ver qué podía sacar en su propio beneficio, nunca para el medio que representaba, la COPE. Él terminó por romper a un fenomenal equipo de profesionales que formaban la plantilla de la emisora episcopal. Gente como José Carlos Alberto, que prefería casi estar en el paro antes que aguantando a tal sujeto; María Domenech, Eugenio González, Máyer Trujillo, Raúl Díaz Alom o Esther Chic. Todos ellos acabaron probando fortuna en otros medios donde además, dicho sea de paso, triunfaron.

Hoy, afortunadamente, Marrero ya no está en COPE y quiera Dios que no vuelva a pisar siquiera un poste de la cadena, pero sigue erre que erre dando la tabarra en columnas de opinión y tirando la piedra y escondiendo la mano. Muy típico de él, una persona capaz de llevar y traer toda clase de chismes y cotilleos para luego usarlos en su propio beneficio. Así es este periodista e invito a todos a que lean este post de José Carlos Alberto –Ratatouille Marrero- donde le pone fino y como un trapo. Disfrútenlo.

1 comentario

Roberto -

Y además ejerce, en su tiempo libre, de guardaespaldas y perro de presa de pasteleros en el rastro de Santa Cruz.