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Desde mi escaño

Basura moral a la muerte de Lina Morgan

Hay que ser basura moral para que, nada más conocerse el fallecimiento de la actriz Lina Morgan, enseguida comenzase vía Twitter un festival de chistes y gracietas a cual más cruel y despiadada. De verdad, ¿en qué clase de sociedad nos hemos convertido que nos hace burlarnos sin miramiento alguno de alguien que acaba de fallecer? Esto nos deja retratados como seres humanos. Hasta los animales tienen mucho más sentimientos cuando muere uno de su camada.

Lo cierto es que durante un buen rato me dio por meterme en la red del pajarito para ver las reacciones de los famosos y, lamentablemente, asistí a un bochornoso espectáculo que iba desde aquellos que estaban poniendo el grito en el cielo porque determinadas televisiones iban a poner películas de Lina Morgan a quienes ya, directamente, se lanzaban por la senda del insulto o del juego de palabras muy mal entendido. Decir que a la actriz la iban a rebautizar como Lina Morgue no sólo es de muy mal gusto, es para coger a esas personas y darles hasta en el carné de identidad.

Evidentemente, habrá muchas personas de 30 años hacia abajo que Lina Morgan les suene a algo del pasado, a una actriz que hace tiempo que dejó de estar en el cartel, que no era alguien mediática. Sin embargo, desconocen que ha sido una de las grandes de nuestra historia escénica, le daba igual la televisión, el cine o el teatro. En cualquiera de los escenarios se movía como pez en el agua.

No sería un bellezón de los que se estila ahora, pero tenía un duende, un ángel especial que la hacía atractiva a la cámara, amén de tener unas tablas que ya las quisiera cualquiera de esas actrices de tres al cuarto que se creen la gran bomba únicamente porque se tiran más tiempo en los photocall que en los rodajes. España ha perdido una gran actriz, pero al menos ahora podremos seguir deleitándonos de su arte reviviendo las series, películas y obras de teatro que ha protagonizado. ¡Descanse en paz, maestra!

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