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Desde mi escaño

El niñato de Piqué, una joya: separatista, pesetero y borracho

Lo que nos faltaba en este país llamado España. Ahora resulta que la Real Federación Española de Fútbol ha decidido que el partido internacional amistoso previsto para el mes de noviembre de 2015 entre España e Inglaterra en el estadio Santiago Bernabéu se traslada al José Rico Pérez de Alicante para que no piten al jugador del Barcelona Gerard Piqué.

Si fuese 28 de diciembre, pensaría que se trata de una burda inocentada, pero resulta que no, que se han tomado muy en serio lo sucedido en Oviedo el pasado 5 de septiembre de 2015 en el encuentro ante Eslovaquia y la pitada que el público le ‘regaló’ al futbolista culé. A ver, ¿alguien se ha parado a pensar realmente por qué viene toda esta situación? ¿saben en el tugurio de Villar y Del Bosque que este conflicto sólo tiene un culpable, que es el propio Piqué?

Si este niñato se hubiese dedicado a hacer lo que sabe, que es jugar al fútbol y mantener su boquita cerrada, nada hubiera pasado. Pero es que sus ataques a España, centrados en el Real Madrid y Madrid, ya no son algo aislado. De tan repetidos que han sido ya han saturado la cachimba de los aficionados y no están por aguantarle ni media a este impertinente, a este ‘shakiro’ de media neurona, a este saltimbanqui independentista, pero pesetero a más no poder.

Porque, claro, muy separatista dice ser Piqué, pero no perdona un céntimo de las primas por jugar en la Selección. Ni coherencia le queda a este sujeto cancerígeno, a este mal compañero, a este sinvergüenza con pintas, payaso donde los haya y conflictivo a más no poder. Ya lo que nos faltaba era la estampa de salir de una discoteca de Oviedo con una curda de campeonato.

Siguiendo la lógica de la Federación Española, que el partido de Liga entre el Real Madrid y el Barcelona que no se juegue en el Santiago Bernabéu, que se lo lleven a Tokio o, si hay que jugarlo en el feudo merengue, que lo hagan a puerta cerrada. Y mal hace Vicente del Bosque poniendo paños calientes sobre el asunto. Lo que habría que hacer con este abyecto individuo es no volver a convocarlo en la vida. Que se quede en su Cataluña natal y, junto con Guardiola, que dirijan el ministerio de deportes de la independencia. Vamos, a este paso me dan ganas de plantarme el sábado 12 de septiembre de 2015 delante del autobús del Barça sólo para meterle una pitada de campeonato al bocachanclas de Piqué. Si es que sólo con verle la cara dan ganas de darle en toda la jeta con un calcetín sucio. ¡Qué tipo más vomitivo por Dios!

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