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Desde mi escaño

Rafa Benítez, otra florentinada de aúpa

La derrota del Real Madrid frente al Fútbol Club Barcelona (0-4) ha puesto en el disparadero a su entrenador, Rafa Benítez. El técnico merengue ha quedado cuestionado y prácticamente sentenciado ante su afición, pero no es el único ni el principal culpable de esta situación. El responsable número uno está sentado en la planta noble del Santiago Bernabéu y se llama Florentino Pérez.

El presidente del conjunto merengue volvió a repetir los errores de antaño en materia de gestión deportiva. Si en 2003 le daba el finiquito a Vicente del Bosque porque le parecía un técnico de imagen anticuada que no pegaba para nada con el Madrid galáctico que él soñaba, en 2015 metía una vez más la pata al echar a Carlo Ancelotti porque, según él o algún consejero con menos luces que una patera, el equipo se había aburguesado. Lo que olvidaba Florentino Pérez, cual amnésico recalcitrante, es que el técnico italiano le había dado la Champions doce años después, amén de la Copa del Rey, la Supercopa de Europa y el Mundialito de Clubes.

Lo de fichar a Rafa Benítez, tal y como quedó demostrado anoche, fue para tener en el banquillo del feudo de Chamartín a un pelele capaz de obedecer sin más los deseos del mandamás merengue. Así las cosas, el entrenador, queriendo contentar a su jefe, colocó a los jugadores que más pasta le han costado al club. Lo de Benzema, con más de un mes sin jugar y encima con todo el lío de su escándalo sexual, fue para nota. Pero, evidentemente, fue a lo sencillo. Pensaría que ante una derrota contra los culés tendría bula papal si alineaba a los niños bonitos del presidente que a los jugadores que realmente se lo merecían por rendimiento.

Las casas de apuestas ya se frotan las manos pensando cuándo saldrá disparado hacia el INEM. ¿Aguantará esta semana donde hay partido de Champions ante el Shaktar y Liga frente al Eíbar? Está claro que una derrota más supondrá que el club guillotine a Benítez, pero también será el principio del fin de Florentino Pérez, al menos en el índice de popularidad, que se quedará sin el escudo protector. Pero vamos, que la presidencia seguirá siendo suya porque los socios aprobaron lo que aprobaron en su momento, que para competir por la presidencia hay que aportar un aval multimillonario…y Florentino sabe que pocas personas en el mundo pueden arriesgar su patrimonio para presidir el club de balompié más rico y laureado del planeta.

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