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Desde mi escaño

Las marranadas políticas de la chocha yaya Carmena

Esta yaya chochea, y de qué manera. De verdad, los servicios sociales, que para eso están, deberían de llevarse urgentemente a Manuela Carmena de la alcaldía de Madrid y trasladarla a un asilo, a un centro de la tercera edad o a un geriátrico de máxima seguridad para que no siga perpetrando todo tipo de disparates a mayor ridículo y vergüenza de quienes vivimos en esta ciudad y tenemos que aguantar las mamarrachadas permanentes de esta viejecita entrañable, pero con ocurrencias más propias de quien asó la manteca.

La última salida de tono o de para de banco de la podemita Carmena ha sido la de colocarle a los jugadores del Real Madrid de baloncesto unos ceniceros especiales para tirar las colillas. Sí, así como lo oyen. Lo de esta alcaldesa es la habilidad para convertirse en noticia y dejar a un margen la recepción municipal a los campeones de la Copa del Rey.

Vamos a ver, querida anciana chocha y decrépita, ¿quién demontres le ha asesorado para que le coloque a unos deportistas de tomo y lomo unos ceniceros? ¿Acaso no se ha dado cuenta usted de que estaba ante deportistas de élite, ante unos jugadores que, posiblemente, estén tan lejos de darle al pernicioso tabaco como usted de tener alguna buena idea? Está claro que, aparte de que la senectud la está usted llevando francamente mal, quiso utilizar al Real Madrid como banderín publicitario para enseñarnos su nueva iniciativa, los malditos ceniceros de los huevos.

De verdad, señora Carmena, si usted desea hacer algún tipo de campaña de concienciación utilizando a las principales entidades deportivas de la ciudad, dígalo, hable usted con los señores Florentino Pérez, Enrique Cerezo o el señor Presas, presidentes del Real Madrid, Atlético de Madrid y Rayo Vallecano respectivamente, pero no aproveche que el Pisuerga pasa por Valladolid para colocar el inventito de marras en un acto que nada tiene que ver. Pero claro, ¿qué puedo pedir de alguien que, sin ir más lejos, tiene la cocina hecha una auténtica pocilga? Por eso, alguien que tiene hecho todo una guarrería no es de extrañar que luego perpetre marranadas políticas en su gestión política diaria.

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