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Desde mi escaño

Terminó la Semana Santa y nuestros vagos políticos siguen holgazaneando

Nos toman el pelo o nos toman por tontos. Así son nuestros políticos, unos dipuvagos que, después de que el conjunto de los españoles haya llegado de sus cortas vacaciones, los muy haraganes aún siguen ociosos hasta casi expirar la primera quincena del mes de abril de 2016. Porque sí, porque ellos lo valen. Y me da igual de izquierdas, derechas, centro, mediotínticos o medio pensionistas.

Todos, sin excepción, tienen una galbana tremenda, propia de latitudes más caribeñas y andinas que de políticos de la vieja Europa. Está claro que si fuesen alemanes a estas alturas no tendríamos montado el cisco que hay formado en España sin Gobierno que llevarse a la boca, pero Spain is different y aquí hay que aguantar a los improvisadores de turno. ¡Qué le vamos a hacer!

Pero vamos, que termina el mes de marzo y aún seguimos sin saber adónde van los unos y los otros, excepción hecha de que lo que parece ponerles es eso de volver a sacar nuevos carteles electorales y estar nuevamente de campaña y elecciones en plena celebración de la Eurocopa. Estos son capaces de contraprogramar a nuestra Selección Española con un debate a cuatro moderado por ese hombre pasional, volcánico, latino y nada pasivo llamado Manuel Campo Vidal (modo ironía modo on).

Ya en serio, señores líderes de las cuatro principales fuerzas políticas de este país llamado España. ¿No les da vergüenza que a estas alturas, cuando todos los españoles ya han vuelto al tajo, estar aún disfrutando de días de asueto en el Congreso de los Diputados? Aunque soy partidario de respetar la Constitución, por una vez me saltaría tanto protocolo y tanto plazo, que el Rey Felipe VI se salte los trámites pertinentes, disuelva las Cortes y vayamos de una vez por todas a unas elecciones, a ser posible para mayo y así, con un poco de suerte, el verano ya entraría con Gobierno formado.

Pero claro, viendo el caminar de la perrita, los unos y los otros van a seguir mareando la perdiz hasta que ya no haya más posibilidad de agotar más plazos. El 2 de mayo de 2016, fecha límite de este sainete, conoceremos el nulo interés de nuestros representantes por los ciudadanos y luego tendrán la jeta de pedirnos en mercados y por las calles nuestro voto. Lo que habría que pasarle a ellos sería la factura en forma de abstención para que viesen que ya no estamos por tolerar más bobadas y más tomaduras de pelo.

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