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Desde mi escaño

Ideas para un debate Maduro-Rajoy

Se ha puesto chulo y perdona vidas el muy patán de Nicolás Maduro, a la sazón dictador supremo de Venezuela. No sólo se conforma con llamar basura corrupta, colonialista y dictador a Mariano Rajoy, sino que encima ahora se permite el lujo de retarle a un debate para comparar hacia dónde han derivado sus maneras de gobernar un país. Él asegura que España poco menos que está en una situación de emergencia (lo dice el mismo individuo que decreta dos meses con fines de semana de tres días por las evidentes carencias económicas) y que su república bolivariana disfruta de los grandes logros de su gestión…en la que ha conseguido que los venezolanos descarten de su compra habitual el papel higiénico, básicamente porque ya no hay.

Pero, fíjense, yo le compraría la idea a Maduro, esa de hacer un debate con el presidente del Gobierno de España para contraponer los éxitos y fracasos de sus gabinetes. Eso sí, sugiero que ese encuentro, ese cara a cara tenga lugar en un supermercado de Caracas para, en primer lugar, no tener que llenar el plató de público. Ya lo tendrían de serie por parte de los cientos de personas que llevarán horas haciendo cola para intentar hacerse con las pocas botellas de leche, barras de pan o paquetes de pollo. Serían espectadores más que objetivos que podrían dar su opinión cuando cada uno de los políticos ofrezca el balance de su gestión.

Y el decorado, por supuesto, cualquier estante de los desérticos supermercados de Caracas, todos sin materias primas, sin azúcar, sin harina, sin alimentos básicos que llevarse a la boca por cortesía, por supuesto, de esa bondadosa revolución bolivariana que ha igualado a todos…pero por debajo, por la miseria más atroz en la que la moneda tiene el mismo valor que la palabra de Maduro, ese decir, un cero a la izquierda. Un dirigente que ha conseguido lo que seguramente adoraría el tirano de Corea del Norte, matar a su pueblo de la forma más barata, en vez de a tiros, a un hambre miserable e irreversible.

Para rematar la jugada, lleven varios grupos electrógenos de emergencia porque, en cualquier momento del debate, la red eléctrica puede jugarles una mala pasada e irse a negro todo por mor de que los focos del plató no aguantarían por la falta de energía y porque se fundirían ante tanta trola aviesa del dictador Maduro.

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