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Desde mi escaño

Pedro Sánchez es un fiambre renqueante

Está entre la espada y la pared. A Pedro Sánchez, como muchos buenos analistas han dicho, monta un circo y le crecen los enanos.

Agotadas ya todas las posibilidades de ser presidente del Gobierno, aunque hasta el 2 de mayo de 2016 toca aguardar pacientemente en la pescadería para cerrar el chiringuito pese a que no hay ya género que vender, toca barajar de nuevo las cartas y el PSOE se debaten entre mantener a Sánchez como secretario general hasta después de las generales del 26 de junio de 2016 o bien revolucionar el gallinero desde ya.

Todo hace presagiar que, dado que quedan menos de dos meses para volver a las urnas, a nadie le interesa heredar ahora el 'fracaso' que dejaría el 'guapo' Sánchez, pero sí que desde más allá de Despeñaperros le quieren hacer la alineación. Es decir, la 'sultana' Susana Díaz hace como el mejor José Bono de la época post-felipista, amagar, pero no ir más allá.

El caso es, como cuenta en su tribuna de La Razón el periodista Antonio Martín Beaumont, es que fieles y enemigos de Pedro Sánchez dan a éste por finiquitado y más que amortizado. La definición no puede ser más precisa. "Pedro Sánchez es un fiambre renqueante".

Evidentemente, el secretario general del PSOE parece un concursante del reality de Telecinco 'Supervivientes'. El palo del doble 'no' a su investidura como presidente del Gobierno le debilitó, pero aún así ha seguido hasta el minuto final tratando de conseguir su acceso a La Moncloa o, por lo menos, hacer ver que lo intentaba.

Lo que temen en Ferraz es que los votantes socialistas del 20 de diciembre de 2015 se replanteen qué papeleta meter en el sobre y eso lleve a una sangría aún mayor que la de quedarse con 90 escaños.

Por eso, al mejor estilo de la confusa propaganda hitleriana, se están difundiendo unos hipotéticos sondeos donde se arañaba a Pablo Iglesias casi el 30% de los 5,2 millones de votos que Podemos y sus confluencias conquistaron el 20 de diciembre de 2015.

Si fuese el día de los inocentes, tal vez hasta colaba, pero nadie da por ciertos esos datos. Es más, hay quienes creen que estos números se dan para tapar la que se puede venir encima, otra histórica derrota.

De momento, Sánchez sigue adelante con su apuesta de ser él y sólo él quien lleve el timón del PSOE y, a pesar de las injerencias de Susana Díaz, que quiere que en las listas de las generales por Madrid vaya en un puesto de los llamados de salida Eduardo Madina, el secretario general no está por la labor y avanza que no moverá al político vasco del número 7 en el que fue la otra vez y que le acabó dejando fuera del Congreso de los Diputados.

Eso sí, a Sánchez hay algo que puede salvarle, independientemente de los resultados electorales que pueda cosechar el 26 de junio de 2016. Las cosas para su enemiga dentro del PSOE, Susana Díaz, se pueden torcer en función de las últimas encuestas de intención de voto surgidas en Andalucía.

Y es que el PP de Juanma Moreno parece haber cobrado resuello y a día de hoy se habla de empate técnico e incluso victoria por poco de los populares sobre los socialistas de cara al 26-J. Eso a Sánchez le viene de perlas para dejar a la 'sultana' atada y bien atada en su palacio de San Telmo.

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