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Desde mi escaño

El Secreto de la Catedral: la única joya en Cuenca que no es arquitectónica

El Secreto de la Catedral: la única joya en Cuenca que no es arquitectónica

Que España está repleto de rincones excelentes resulta obvio, pero siempre gusta encontrar lugares que consigan seguir sorprendiendo al visitante y que éste pueda irse con un maravilloso sabor de boca, amén de la satisfacción de haber acertado a la primera con el restaurante escogido para la ocasión. Porque esto también pasa, que a veces recorres varios locales y seguramente es tanta el hambre que puede apretarte a determinadas horas que acabas escogiendo lo menos afortunado.

En nuestro caso, la elección ya le teníamos hecha desde primera hora de la mañana entrando en El Secreto de La Catedral, un restaurante justo enfrente del monumento que da nombre al establecimiento. Recién llegados al casco histórico de Cuenca, lo primero era darse el primer homenaje en forma de desayuno. Bueno, lo de desayunar es un decir porque nos sirvieron como a auténticos señores, aunque estaba justificado para luego gastarlo con el pateo y las cuestas arriba que jalonan todo el perímetro de esta antiquísima urbe.

Obviamente, cuando el primer servicio de la mañana es tan generoso, ya tuvimos curiosidad por mirar la carta y vimos que había una carta bastante variadita, a precios razonables y encima con la posibilidad de contemplar la Catedral de Cuenca en todo su esplendor, no teníamos la menor de las dudas, había que reponer las energías gastadas a lo largo de una movidita mañana de visitas a todo el conjunto monumental en este coqueto rincón de la gastronomía conquense.

Evidentemente, en una zona especialista en carne de caza, resultaba imposible no meterse entre pecho y espalda un buen chuletón, con una ensalada para ‘compensar’ y, por recomendación de la casa, para compartir, un secreto de ciervo, una hamburguesa de esta carne envuelta en hojaldre y con cebolla caramelizada. Una verdadera delicia. El remate, dos tartas caseras, una de queso manchego y otra de chocolate de la abuela. Ya que había que saltarse el régimen, pues a lo grande.

Así que si visitan Cuenca y quieren un lugar en el que van a acertar de pleno, mi consejo es que no busquen, vayan directamente a El Secreto de la Catedral. Abre todos los días, excepto los martes, de 10 de la mañana hasta ya bien entrada la noche.  Está en la calle Obispo Valero 4 y pueden consultar la disponibilidad de mesas en el teléfono 627 63 74 74 o bien en su página web www.elsecretocuenca.com. Acertarán seguro.

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