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Desde mi escaño

Mejide escupe bilis con el triunfo del PP el 26-J

Curioso concepto el que tiene Risto Mejide sobre la democracia. Si sale lo que él considera que debe salir en unas elecciones, la gente entonces ha votado con cabeza. En cambio, si son ocho millones de votos los que le otorgan el triunfo al Partido Popular, entonces el publicista se pone de morros, se cruza de brazos y, después de ponerse unos segundos en modo intenso (me recuerda muy mucho a un profesor de Física y Química que tuve en segundo de BUP) se marca un artículo que les reproduzco a continuación:

CARTA ABIERTA AL VOTANTE DEL PP

Iba a decir «querido», pero no me atrevo a ponerme cariñoso con un desconocido sin gintónic de por medio. Y digo desconocido porque los 7.906.185 votantes del PP se parecen cada vez más a los espectadores de ciertos programas de televisión, esa masa social inexistente que a la hora de la verdad dinamita todo sondeo.

Vaya por delante mi más sincera enhorabuena y mi incondicional respeto democrático hacia cada voto de un compatriota. Espero que entiendas que precisamente en eso consiste la democracia, en que puedo y debo respetarte a ti pero ni puedo ni debo compartir tu decisión. Si todos pensásemos como tú, esto se llamaría de otro modo, lamentablemente demasiado visto en la historia de este país.

También quiero pensar que no has votado por miedo a un ’brexit’, a más incertidumbre o a las alternativas políticas, da igual. No por nada, sino porque el voto por miedo me parece el más cobarde o, peor, contraproducente. Como ya han descubierto algunos, enarbolar la banderita del miedo es intentar criar animales salvajes: tarde o temprano se te acaba volviendo en contra.

¡Ojo, que no pretendo que votases como yo! Ni mucho menos. Primero, que ya sería demasiado tarde. Segundo, porque esto va de que cada uno vote a quien le da la gana, faltaría más. Tercero, porque será que no había más opciones que la tuya o la mía. Y cuarto, porque yo voté al PACMA, que no aspiraba más que a obtener representación y así defender cosas que hoy ni se contemplan en el Congreso. Algo que gracias a la ley d’Hondt y a los intereses de quienes deberían abolirla ha vuelto a ser imposible. Una persona, un voto. Ya. La corrupción, premiada.

Otra cosa es que me dé vergüenza tu voto. Sí, vergüenza. Y no porque haya ido al PP, pues -insisto- es una alternativa tan legítima como cualquier otra; he conocido e incluso ayudado a ganar a gente honesta y honrada dentro de esa organización, gente que no se merece ni los tesoreros ni dirigentes que le ha tocado sufrir. Me avergüenza porque era el respaldo que justo ahora necesitaba el candidato líder de la lista más imputada. Gracias a tu voto, la corrupción y la conspiración de Estado, en vez de ser castigada, hoy resulta jaleada y premiada. Porque si eximes de penitencia al responsable último, eso es que el primer responsable eres tú.

Así que nada, espero que disfrutes mucho de tu decisión con cada nuevo juicio, con cada nueva investigación. Como alguien dijo, daría mi vida por tu derecho a hacerlo. Aunque eso sí, hoy tenemos el país que te mereces. Con tu permiso o sin él, yo y otros muchos que aún somos mayoría seguiremos intentando que se convierta también en el que nos merecemos los demás.

Afectuosamente, pídemelo con el pepino entero, sin cortar.

A ver Risto, si aquí hemos ido a unas segundas elecciones (y esperemos que no haya que ir a unas terceras) no es culpa del PP, sino de unos señores, Sánchez, Rivera e Iglesias que han jugado a ser el perro del hortelano, que ni han comido ni han dejado comer.

Hablas de la corrupción y, en línea contigo, estoy de acuerdo. Hay que atajarla y gente como Rita Barberá produce grima, pero la misma que puede generar la del PSOE en Andalucía, donde está el mayor caso de corrupción de toda España, o los tejemanejes venezolanos de Podemos.

Rajoy, estimado publicista, será muchas cosas, un señor al que la RAE pondrá un día su foto al lado de la palabra galbana, pero no es un ladrón ni tampoco alguien al estilo de Hitler. Que sí, que ha amparado a tipos que han trincado a manos llenas y hasta les ha mandado algún SMS. Pero también ha tenido éxitos y aciertos en sus decisiones como para decirte que has exagerado el número metiendo en el saco de la vergüenza a ocho millones de votantes.

Y ahora te quejas de la Ley D’Hondt por favorecer a los grandes partidos. También puedo estar de acuerdo, salvo que es la norma que se lleva aplicando desde 1977, es decir casi 40 años. La duda que me queda es si tu cabreo con lo que surgió de las urnas el 26-J es auténtico o una de estas imposturas que te marcas para intentar hacernos ver que vas de auténtico.

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