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Desde mi escaño

¿Por qué el Estado no frena a los separatistas de una vez por todas?

Se creen que pueden hacer lo que les venga en gana y, en cierta medida, lo hacen, pero todo debe tener un límite. No seré yo quien llame delincuentes a Puigdemont, Junqueras, Gabriel o Forcadell, aunque desde luego quien delinque es aquel que se salta la ley a la torera (aunque en Cataluña el toreo haya sido proscrito). Pero lo que está claro es que estos señores se han puesto la secesión por montera y amenazan con dar una vuelta al ruedo a la legalidad vigente… ¡hasta que les paren las piernas con el famoso artículo 155 de la Constitución Española!

Lo que este Gobierno de Mariano Rajoy debe hacer, más allá de los exabruptos de algunos militares que deben creer que aún viven en la catatonia golpista pidiendo tanques y portaaviones,  es hacer cumplir la ley a rajatabla, ilegalidad a los políticos separatistas de Cataluña, intervenir la comunidad autónoma y meter en prisión a esa caterva de politicastros que llevan secuestrando al pueblo catalán desde hace décadas.

Cataluña vive desde hace ya algunos años una verdadera pesadilla, un constante vaivén de escándalos que se empeñan en tapar algunos políticos con el piche de la independencia, como si la misma fuese el bálsamo que curase todos los males que afectan a la región. El hundimiento en el año 2005 en el barrio barcelonés de El Carmel no fue más que un símbolo, un fiel reflejo de lo que viene siendo esta autonomía tras el pujolato, un disparate que lejos de resolverse va a mayores.

¡Y ojo, que no sólo tienen la culpa los catalanes por votar lo que votan! También el Ejecutivo nacional no puede seguir haciendo el Don Tancredo, esperando un hundimiento definitivo que no parece darse, entre otras razones porque el señor Montoro insiste en seguir regando de pasta a los del triunvirato separatista, amén de condonándoles deudas que, aviesamente, carga en el lomo de otras regiones que cumplen espartanamente los mandatos de Hacienda. 

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