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Desde mi escaño

Soraya Sáenz de Santamaría se mofa de los españoles

“Son los tiempos legalmente establecidos, no hemos buscado nosotros la fecha”. Así, con estas palabras, ha querido desmarcarse la vicepresidenta del Gobierno de España, Soraya Sáenz de Santamaría, de la polémica sobre unas hipotéticas terceras elecciones generales que caerían nada más y nada menos que un 25 de diciembre de 2016, es decir en plena Navidad.

El problema que tiene la mano derecha de Mariano Rajoy es que su capacidad de chotearse de los españoles es inversamente proporcional a su estatura física y cree que los ciudadanos nos chupamos el dedo y que vamos a tragarnos sin más un bonito cuento. No, señora Sáenz de Santamaría, los votantes no somos unos bobos como si hubiésemos nacido ayer. De eso nada, sabemos perfectamente cómo han cocinado ustedes la fecha de marras, la de la investidura me refiero.

No hay que ser un Sherlock Holmes para percatarse que ustedes, calendario en mano, estudiaron la fórmula ideal para presionar al PSOE y que revierta el no a Rajoy en una abstención. Los tiempos son los que son. Votando el 31 de agosto de 2016 y luego teniendo que volver a hacerlo el 2 de septiembre de 2016, si el candidato del PP no sale investido, cuentan a partir de ahí con dos meses exactos para intentar recabar apoyos y, de no lograrlos, se disolverían las Cortes el 1-2 de noviembre de 2016 y a los 54 días habría que volver a votar. ¿Qué fecha sale? Esa misma, la del 25 de diciembre de 2016.

No nos tome pues el pelo, señora vicepresidenta. Perfectamente podrían haber ido a una investidura esta misma semana y así, en el peor de los casos, votar en unas terceras elecciones un 18 de diciembre de 2016 o, ya puestos, haber retrasado la sesión de investidura hasta mediados de septiembre y así ya que la fecha de unos supuestos comicios hubiese caído pasado Reyes de 2017. Ya ve que usted no es la única que sabe jugar con el calendario y con los tiempos legales. Los demás también sabemos manejarnos en esas lides y ya le digo que lo de intentar mofarse de los españoles no sale gratis y hacerles ir a votar un 25 de diciembre y jorobar a decenas de miles de personas que tendrán que estar trabajando en esa jornada tendrá un coste económico…y en las urnas.

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