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Desde mi escaño

A Willy Toledo le cierran Facebook por incitar al odio

Tenía que pasar y por fin la presión de los internautas ha forzado a Facebook a darle su justo castigo a un elemento llamado Willy Toledo, acreditado experto en sacar a pasear su lengua contra aquellos que no son de su cuerda y, especialmente, contra quienes osan a poner en solfa los ¿principios democráticos? de su amada Cuba y de sus idolatrados ‘tiranosaurios’ Raúl y Fidel Castro.

Recordarán que hace sólo unos días, con motivo de la medalla de plata conseguida por el vallista Orlando Ortega, nacido en Cuba, pero corriendo bajo la bandera de España, el artista se despachó a gusto en la red social llamando “gusano” al atleta y que ya se encargaría nuestro “miserable” país en ajustarle las cuentas el día que dejase de ganar medallas porque Roma no pagaba a traidores.

Toledo, fiel propagandista y defensor de las atrocidades del régimen dictatorial de La Habana, ponía así la guinda en un Facebook lleno de delitos de incitación al odio. Todo aquel que no fuese por delante con la hoz y el martillo eran, como menos, dignos de ser sospechosos de actitudes capitalistas y explotadoras, personas que no merecerían ni la salvaguardia de la Convención de Ginebra.

El actor, un patriota cubano de tomo y lomo, había llegado a la cumbre del despropósito con ataques a su propio país, España, a la Historia que ha hecho grande a esta nación y hasta arremeter con un símbolo sagrado como la Virgen del Pilar, sobre la que, virtualmente, defecó porque sí, porque le dio la real gana. Aún así, Facebook miró hacia otro lado y no quiso saber nada del asunto.

Sin embargo, Toledo fue acumulando toda una serie de méritos que le han hecho acreedor, finalmente, a que le chapen por unas semanas su cuenta en esa red social. Da igual, se abrirá otra o volverá a Twitter o cuando vuelva a poder utilizar su cuenta nuevamente se despachará con los insultos e improperios que acumule en estas fechas.

Sea como fuere, el actor tiene que estar más que avinagrado porque ha sido incapaz de alcanzar el justo equilibrio que sí han obtenido otros compañeros de profesión, gente con ideas políticas muy claras, pero sabiendo cuidar perfectamente su negociado y sin necesidad de tener que tirar el insulto o de la palabra gruesa para defender sus ideas. Antonio Banderas o Javier Bardem podrían ilustrar al ‘actor cubano’ sobre ello, pero igual ambos le parecen muy apegados al capitalismo.

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