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Desde mi escaño

Sánchez, ¿te das ya por aludido con el batacazo vasco-gallego?

¿Se habrá dado por aludido el señor Pedro Sánchez y dará un paso al costado con su empecinado ‘no’? El resultado de las elecciones vascas y gallegas del 25 de septiembre de 2016 ha dejado un poso de amargura dentro del PSOE porque en Galicia, por ejemplo, han estado a punto de ser ahogados por En Marea, la marca blanca de Podemos, y en el País Vasco los de Iglesias, pese a tener esperanzas de ser segundos, sí que han sorpassado a la señora Idoia Mendía. Y ambos candidatos fueron impuestos por el propio Sánchez, así que ahora a ver con qué excusa se presenta ante sus barones en el Comité Federal del 1 de octubre de 2016.

El secretario general socialista, como todo mal político que se precie, optó por quedarse escondido en la cuarta planta de la sede de Ferraz desde la que se debatía entre dar la callada por respuesta a la prensa o mandar al botones Sacarino de turno. Al final le tocó hacer el trabajo sucio a César Luena, un político tan gris como incompetente, aunque al menos no tan esquizofrénico como Iceta. Un espantapájaros, lo digo de corazón, habría dicho más que el político riojano. Salir para dos minutos y no tener mensaje que dar más allá de que la Permanente analizará dentro de unas horas los resultados es perpetrar un ridículo rayano en lo surrealista.

La única baza a la que le queda agarrarse al zote de Sánchez es ponerles a los barones la cantinela de que ellos serían copartícipes de un hundimiento del PSOE si al final se le obliga a retractarse de su ‘no’ a Rajoy y acaba regalando al del PP la abstención. Quizá, si Sánchez fuese mínimamente inteligente, viendo el desastre de Galicia y el País Vasco, llamaría al presidente en funciones e intentaría alcanzar un acuerdo beneficioso para ambos y sobre todo para España. Pero mucho me temo que poco se puede esperar de alguien que ha cosido su futuro al presente más negro del socialismo.

Aún Sánchez venderá como un éxito incuestionable que Podemos no le ha superado en Galicia, aunque técnicamente sí le ha ganado en número de votos. Al final, y de seguir así la trayectoria electoral de este PSOE de Sánchez, va a convertirse en el mejor aliado del PP…aunque sea por incomparecencia propia y por seguir cumpliendo a rajatabla el catecismo para convertirse en el increíble hombre menguante, políticamente hablando.

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