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Desde mi escaño

Javier Ollo, el 'valeroso' alcalde de Alsasua

Sigue en sus trece y no parece que haya nadie con sentido común que le haga bajarse del burro. Javier Ollo, alcalde de Alsasua y perteneciente a Geroa Bai, responde al típico y tópico arquetipo de esos políticos que hacen de la equidistancia su modus vivendi. Pero no crean ustedes que se trata de una equidistancia equilibrada o morigerada. Que va, esa tibieza siempre suele tener unos grados de inclinación hacia los violentos de Otegui y su alegre muchachada de las algaradas.

Sí, Javier Ollo es un primer edil de hondas naderías, es capaz de decirte que ahora mismo es de día cuando en realidad estamos en una noche cerrada. El de Geroa Bai igual puede venderte sin levantar una ceja que los chicos que el otro día se encontraron como por casualidad con unos agentes de la Guardia Civil fueron, en verdad, víctimas de los propios números de la Benemérita. "Compréndanlos", sería capaz de decir OLlo, "pero es que se vieron intimidados por el verde del uniforme y en verdad preferimos que para que no haya más incidentes, mejor que la Guardia Civil se vaya por donde vino".
En fin, con Javier Ollo hemos vuelto a recuperar esos ejemplares de alcaldes que en el País Vasco solían gobernar para unos pocos, los tontos útiles que sólo están ahí para ser los muñecos, los peleles de los ejecutores. El alcalde de Alsasua podrá seguir muchos años en el cargo porque, de momento, cumple a rajatabla con lo que se le ordena y que no es otra cosa que mirar hacia otro lado y, en todo caso, poner el acento de la culpabilidad en la Guardia Civil. Hay que tener mucha, pero que mucha jeta.

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