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Desde mi escaño

La bufonada de las preuvas de la Puerta del Sol de Madrid

Es la última chorrada y horterada que se ha introducido en nuestro país. Lo de las preuvas, y siento mucho convertirme en el antiduende de la Navidad, no tiene razón de ser, es una costumbre que nos han metido con calzador, pero resulta totalmente una bufonada, una carnavalada más propia de ociosos, de gente que no tiene mejor cosa que hacer y, de paso, le joroban el centro de la ciudad de Madrid a muchas personas y, sobre todo, a muchos negocios de las calles adyacentes de la Puerta del Sol.

Miren, el vetusto reloj que año tras año despide al año que se va y da la bienvenida al nuevo siempre ha funcionado como un ídem. Está sometido a las más sofisticadas pruebas, se revisa continuamente y nunca ha dado problemas notables. Desde que tengo uso de razón, y ya van 44 tacos, no recuerdo Nochevieja que no hayamos disfrutado de las campanadas con el reloj de la Puerta del Sol y nunca se habían hecho esos simulacros de las preuvas. Simplemente, en las últimas semanas, se procedía a un chequeo a fondo de la maquinaria y punto.

Pero ahora, como aquí alguien debe estar haciendo algún tipo de negocio, han conseguido hacer nada más y nada menos que tres ensayos previos de las uvas, de tal suerte que el día 30 de diciembre tenemos doble simulacro, mañana y noche, donde éste último provoca el cierre de la estación de Sol y el perjuicio a muchos comerciantes de la zona y trabajadores que salen de sus trabajos y no pueden coger ni metro ni cercanías.

Y otra cosa importante, ¿saben ustedes cuántos agentes y personal sanitario estamos distrayendo en esta bufonada de las preuvas? Claro, aquí es muy fácil disparar con pólvora ajena, total, como luego lo pagamos todos los ciudadanos. Pero nada, que siga la fiesta y para el año que viene propongo simulacros desde el 23 de diciembre de 2017 (ironía modo on).

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