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Desde mi escaño

La honradez no tiene precio

La honradez no tiene precio

La honradez no tiene precio o, mejor dicho sí que la tiene. Concretamente 16.000 euros hallados en una cartera perdida en plena calle y que un alma caritativa entregó a su legítimo dueño porque (y esto es de humanos) no podía conciliar el sueño tras intentar quedarse con esa cantidad, sobre todo pensando en lo bien que le vendría para solventar la situación de sus tres hijos, todos en paro.

La historia es que una vecina de Albuñuelas (Granada) con tres hijos sin trabajo devolvió a sus propietarios una cartera con 16.000 euros que se encontró en el suelo. Los hechos ocurrieron hace un mes, cuando la mujer salió con un familiar de un ambulatorio de Granada tras someterse a una revisión médica y halló en el suelo la cartera, han informado a Efe fuentes municipales. En su interior había 9.000 euros en metálico, un cheque al portador por valor de 7.884 euros, dos carnés de identidad y un papel con la dirección de un domicilio al que la mujer decidió dirigirse para entregarlo.

Aunque en la vivienda no contestaba nadie, la mujer dejó un papel con sus datos, poco después los propietarios de la cartera contactaron con ella y, en agradecimiento, le entregaron 200 euros. La mujer, con tres hijos en el paro y otra a punto de dar a luz, dice que aunque estuvo pensando si quedarse el dinero, decidió devolverlo para demostrarse a ella misma y al pueblo su honradez.

Gestos como éste nos hacen creer en que una sociedad mejor es posible, que aunque el pillaje, el tranque, el trinque y el pisoteo profesional están a la orden del día, lo cierto es que no podemos dar por válidas ese tipo de conductas. Estoy convencido de que podemos conseguir un marco de convivencia mucho mejor y, a buen seguro, el gesto de esta buena señora, un ángel sobre la faz de la Tierra, no sería en condiciones normales noticia. Pero, lamentablemente, todos sabemos lo que en condiciones normales hubiese ocurrido, que esos 16.000 euros, en un altísimo porcentaje, nunca hubiesen vuelto a su legítimo propietario.

1 comentario

Máximo Medina -

El gesto de esta señora es loable, pero hace sólo unos años, quizá una década, era algo habitual en la sociedad española, o por lo menos en la canario. Aquí se impone un dicho muy nuestro: A cada cual lo que es suyo y a Dios lo de todos. Pues eso, que la honestidad hoy en día está mal vista (craso error) sobre todo dentro de la casta política, donde el engaño y la mentira son herramientas de todos los días. Muchos deben aprender de la forma de actuar de esta señora granadina.