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Desde mi escaño

Sindicatos de hoz y martillo

Sindicatos de hoz y martillo

Lo cuenta La Gaceta. Los sindicatos UGT y CCOO, esos que salen a protestar contra la reforma laboral, esa que tiene entre sus atrocidades lo de los 20 días de indemnización por año trabajado en caso de despido, están aplicando internamente la medida impulsada y aprobada por el Gobierno del Partido Popular. Es decir, en ese sentido estoy con los sindicatos en el sentido de expresar que no me parece tolerable en modo alguno que se toquen los derechos de los trabajadores, entre otras razones porque vemos que la clase política, por norma general, no se autocercena sus conquistas y francachela variadas, pero lo que no es tolerable es que estos señores sindicalistas se escuden en lo aprobado para echar a su gente con cajas destempladas o, lo que es lo mismo, con 20 días por año trabajado. O todos moros o todos cristianos.

Son estas las cuestiones que hacen perder credibilidad a los sindicatos, copiando exactamente, pero al revés, los parámetros de los últimos siete años, o sea, el del inmovilismo más atroz que se pudiera conocer, a pesar del crecimiento bestial de la tasa de desempleo en este país y, en cambio, en cuanto se produce un cambio de gabinete, sin esperar prácticamente a que pasen los llamados 100 días de gracia, los sindicatos se despojan de su traje de estatuas de sal para ponerse nuevamente al frente de la pancarta reivindicativa, con la ayuda y el apoyo logístico de los de Ferraz, Rubalcaba y compañía, socios y cómplices de la herencia que hemos recibido los españoles y que tampoco el nuevo gestor monclovita es capaz de liquidar.

Pero, a pesar de que los sindicatos están en contra de la reforma laboral y de los despidos a razón de 20 días por año entregado a la causa de UGT o de CCOO, Méndez y Toxo aplican la nueva reforma porque ellos, pobrecitos, no tienen más remedio que ajustarse, aparte de los carísimos relojes, a la legalidad vigente, lo que supone todo un gesto de hipocresía cincelada con la hoz y el martillo. Ellos, Méndez y Toxo, protestan con la boca pequeña, pero al mismo tiempo aprovechan los resquicios legales para perpetrar esos despidos al peso. En el caso de esta pareja no vale la máxima de ‘No se puede estar en misa y repicando’. Ellos están a la manifestación, a la pancarta y a la protesta, pero al mismo tiempo usando hábilmente la ‘guillotina’ laboral con sus subordinados. Es de traca.

1 comentario

Máximo Medina -

Al paso que vamos, en este país no va a quedar lugar ni para protestar. Claro que los sindicatos (como empresarios) aprovechan la reforma laboral, pero eso no quiere decir que estén a favor de su aplicación. La gravedad de la normal de Trabajo es que no sirve para nada y aún así insisten en que será buena en el futuro. ¿No sería mejor, pregunto yo, que se prohibiera cualquier tipo de despido que no sea procedente? Es justo lo que ocurre en el resto de Europa. España tiene estos niveles de paro porque aquí se puede despedir, mientras que en el resto de la UE tiene que haber una justificación objetiva para el despido, en la que no entran las condiciones económicas, ni organizativas ni nada por el estilo. El que las centrales sindicales echen mano de la reforma para aliviar sus excedentes laborales (justo como la mayoría de las empresas) no debe impedir estar en contra de que esto se permita. Lo que es de traca, amigo Velarde, es que en este país en el siglo XXI hasta los sindicatos puedan despedir con semejante impunidad.