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Desde mi escaño

Horarios de locos

Horarios de locos

La primera jornada de Liga ha dejado sentado que lo de los horarios de los partidos no los programa alguien racional, sino que debe ser un simio con problemas de potasio o con más de una neurona en estado terminal. Que tres partidos empezasen un día y acaben ya bien entrado el siguiente es algo que sólo puede suceder en España. Pero está claro que ni Astiazarán (LFP) ni Sogecable ni Mediapro piensan acabar con esta farsa que supone maltratar no solamente el espectáculo, sino también a quienes quieren vivir en primera línea el llamado deporte rey (si exceptuamos, claro está, al atletismo, que es la verdadera madre de todas las competiciones).

Lo cierto es que un domingo da para mucho, para irse a la playa, a la montaña, a misa, a un centro comercial, para pasarlo en casa con la familia, para ir a un estadio o para estar con lo colegas en un bar disfrutando de una refrescante jarra de cerveza mientras observas a 22 ardorosos guerreros correr en pos de un balón. Sin embargo, lo que no había sucedido hasta la fecha (salvo un fantasmal Barcelona-Sevilla de la temporada 2003-2004 jugado a las 23.55 de un martes) es que alguien decidiese en las altas instancias de la Liga de Fútbol Profesional y en los enmoquetados despachos de las televisiones de pago que los domingos, al menos los dos primeros, tuviesen 25 horas en lugar de las 24 tradicionales.

Que se lo digan a los aficionados del Levante y del Atlético de Madrid. Los que fueron al campo, en especial los visitantes, la hinchada rojiblanca, tuvieron que hacer un esfuerzo para poder estar hoy en su lugar de trabajo. Fue acabar el partido prácticamente a la una de la madrugada y más de uno apuraba en los vomitorios los últimos compases del partido para regresar a toda mecha en su vehículo. En más de un caso, seguramente, a más de uno le habrá costado Dios y ayuda poder mantenerse despierto en su puesto de trabajo. La culpa, dirán algunos, habrá que repartirla a partes iguales, entre el forofismo de ciertos seguidores y los ‘genios’ que han programado estos horarios tan surrealistas.

Pero el problema no sólo lo tienen los aficionados, sino también los negocios de restauración, bares y cafeterías, que han contratado el pack de temporada de la Liga. En algún que otro establecimiento de Madrid se dio algún que otro pequeño altercado entre los deseos del dueño de chapar el local a las doce de la noche y quienes aún, bufanda rojiblanca al cuello, se resistían a abandonar el mismo hasta que no concluyese el partido. Mal encaje de bolillos va a tener esta situación mientras LFP y televisiones prosigan con su manía de reinventar horarios. Ahora bien, los clubes vendieron su alma al diablo y ahora sufren las consecuencias. Quizá si se mirase más en la cantera y en estos tiempos de crisis se hubiese puesto a buen recaudo la cartera…otro gallo (u otros horarios) les hubiese cantado.

2 comentarios

Lewis Rogers -

No es que nadie se haya vuelto loco, sino simplemente que se han disparatado a la hora de rentabilizar unos derechos que dependen exclusivamente de Sogecable, Canal + o Prisa, que al final son lo mismo. No hablaba Merkel de productividad, pues eso es lo que persigue la empresa de Cebrián, sacar de donde no hay. Lo malo de todo esto es que el aficionado terminará por cansarse y si eso ocurre, se acabará el fútbol, porque no lo querrá ver ni la madre que lo parió. Me sorprenden, eso sí, los papeles desempeñados por la LFP y el Consejo Superior de Deportes (las quinielas) que han mirado para otro lado como si con ellos no fuera el asunto. La gallina de los huevos de oro cada vez pone menos y llegará el día que se secará si no se busca otra situación más sostenible. Hasta ecologista me he vuelto. Será por el césped, digo yo.

Maria Hernandez -

Si, creo que tienes razón, esas ideas solo se le pueden ocurrir a un simio con serios problemas de potasio (que  gracioso) 
Es que en los despachos de esos directivos no debe haber muchos plátanos, sino rico caviar (es por eso que tienen tantos h....,porque se los comen) y todo a costa de los aficionados. 
Es cierto también que oteando desde las ventanas de los despachos, cavilan o creen o quieren creer que pueden estirar las horas del día como si fuera un chicle.
Pero la culpa es, precisamente, de estos, de los aficionados, que ven los partidos a esas horas tan intempestivas. La solución es que se nieguen a verlos.
No soy aficionada al fútbol, al menos no tanto como Doña Leticia Ortiz, que anima como una más cuando acude junto a su marido a algún espectáculo deportivo.
Si acaso me gustan el Barça y el Logroñes, pero nada mas.

Pero esto ocurre, o ha ocurrido, recientemente, en concreto, el día 22 del presente mes de agosto, con la Vuelta ciclista a España a su paso por Logroño, haciendo sudar la camiseta a los ciclistas al hacerles correr y dar nada menos que 8 vueltas a la ciudad, en plena canícula, cercana a los 40 ºC. Todo para embolsarse los directivos una buena cantidad de euros en concepto de publicidad. 
(Al menos, los organizadores lanzaban botellines de agua a los aficionados)

Y es que para diversión, ni fútbol at midnight ni ciclismo at midday. Nada como una buena escapada for perfet weekend disfrutando de buena compañía, dejando pasar las horas. Merece la pena trasnochar...

@MMariaHs