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Desde mi escaño

Muere Cubillo, uno menos

Muere Cubillo, uno menos

Falleció Antonio Cubillo, líder independentista de Canarias y que, gracias a sus bombas, provocó de manera indirecta el mayor accidente de la navegación comercial conocido hasta la fecha, 570 fallecidos en un choque de aviones en el aeropuerto de Los Rodeos. Siempre habrá quien piense que un suceso A (la colocación de una bomba en Gando, en Gran Canaria) nada tiene que ver con el suceso B (que choquen dos jumbos en el aeropuerto del norte de Tenerife).

Lo que pasa es que lo que parecen hechos supuestamente inconexos tienen más relación desde el momento en que sabes que una instalación de gran capacidad como la grancanaria tiene que cerrar ante el riesgo de más artefactos y todo el tráfico va a Los Rodeos, un aeropuerto más pequeño, con nieblas perpetuas y que, evidentemente, se vio superado por los cuatro costados.

Por eso no entiendo que ahora salgan esos hipócritas plañideros cuando estamos hablando de un tipo que se ha reconocido y se ha considerado eternamente independentista, que ha echado pestes de España, que ha hecho todo lo posible por evitar que llegase a Canarias una Vuelta Ciclista y que cuando ésta ha llegado a las Islas, con un esfuerzo económico increíble, él y sus compinches se dedicasen al innoble arte de colocar clavos y chinchetas para provocar caídas. Una payasada en toda regla.

Cubillo es de esos personajes que de vez en cuando aparecen en el panorama nacional, independentistas de medio pelo, gente que tiene que recurrir a acciones estrafalarias o extremas porque, de lo contrario, nadie hablaría de ellos, serían verdaderos ceros a la izquierda. Cierto es que en un gesto torpe del Gobierno de Adolfo Suárez se trató de asesinar a este señor de manera cruenta en vez de aplicar sobre él el peso de la Justicia. Este señor debió ser juzgado y encarcelado, pero al tirar el Ejecutivo español por la vía de en medio al final acabamos por tener que pagarle a Cubillo una fuerte suma como víctima del terrorismo. Parece una broma, pero no. En fin, sólo resta de decir, aunque me digan que me paso tres pueblos, que un siniestro personaje menos y que, como buen cristiano, que descanse en paz.

1 comentario

Máximo Medina -

No comulgo con sus ideas, pero si no hubiese existido Cubillo habría que haberlo inventado. Le conocí personalmente como abogado (nunca llevó ningún caso mío) y me pareció alguien correcto en el trato y con ansias de ganar sus pleitos, ya fuera en el mundo judicial o en el político. Sus formas de actuar, o las de su partido, no parecen las más adecuadas, pero al lado de Mas o Urkullu parece ahora un angelito. Porque una cosa es pedir la independencia como fin y otra muy distinta proponerla abiertamente como han hecho ya los dirigentes catalanes. Los otros, no tardarán. Con Cubillo se cierra un capítulo de Canarias con sus claros y oscuros. En el fondo, pienso, era un antifranquista con ideas diferentes a los demás que tenían su misma lucha. DEP.