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Desde mi escaño

Twitter hace añicos a Juanes Premier tras insultar al merengue dueño de Cristalería Chamberí

“Cretino y subnormal”, así se ha referido el tuitero y supuesto fan del Atlético de Madrid, Juanes Premier, al dueño de la Cristalería Chamberí. Digo lo de presunto aficionado porque, realmente, a mí no me representa como seguidor rojiblanco alguien que va insultando al propietario de un establecimiento por el único motivo de que éste le hizo una broma inocua sobre que en la foto que este chico quería enmarcar con los trofeos del cuadro del Vicente Calderón no aparecía la Champions League.

Como atlético de toda la vida reconozco que gente como Juanes Premier me avergüenzan y me dejan en evidencia. Los que somos aficionados colchoneros de corazón y que, por encima de todo, siempre queremos que gane nuestro equipo, no vamos por ahí insultando a los rivales y mucho menos a los seguidores de otros equipos. ¿Qué el Real Madrid es nuestro eterno rival? Por supuesto. ¿Qué nos alegramos cuando pierde? Sin duda alguna. Pero una cosa es el sano pique deportivo y otra bien distinta es que por un chiste blanco (y nunca mejor dicho) llamemos “cretino y subnormal” al dueño de una tienda y encima pongamos su dirección en Internet buscando su boicot.

Afortunadamente, el tuit se le vino en contra a Juanes Premier y le ha tenido que caer en Twitter la mundial. Es más, Cristalería Chamberí se ha convertido en trending topic y a buen seguro que si el presidente del Real Madrid tiene cintura y reflejos acabará invitando a su dueño al palco de honor como desagravio, aunque es verdad que lo que es impagable ya es la publicidad que le ha hecho este periodista y escritor, avezado tuitero, que parece no haberse dado cuenta de que hay que ser prudente en las redes sociales y que, en todo caso, cuando quieres mostrar tu descontento por la atención prestada hay formas mucho más elegantes y eficaces de hacerlo.

A mí, como a muchos otros atléticos de corazón, Juanes Premier no me representa. A mí alguien que tilda de “subnormal y cretino” a un madridista por una broma sin malicia es alguien que puede ser cualquier cosa menos un seguidor de un equipo de fútbol. Con su acción, este muchachuelo ha quedado rebajado a la categoría de un ultra desaforado y aún puede dar gracias a Dios que el dueño de la tienda no le haya denunciado por sus aviesas intenciones con ese tuit llamando al boicot.

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