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Desde mi escaño

Las Teresitas, una oportunidad perdida

Las Teresitas, una oportunidad perdida

Santa Cruz de Tenerife lleva décadas desperdiciando un espacio de gran atractivo turístico como es la playa de Las Teresitas, un espacio medio natural, medio artificial, puesto que la arena que existe en la actualidad ha tenido que traerse de otros lugares. Pero, evidentemente, el objeto de mi diatriba no tiene nada que ver con esos granitos amarillos o claros, sino con los años que se llevan de lucha judicial sobre el frente y si se construye o se deja de construir en ese espacio. Desde luego, en cualquier punto de la costa española donde nos vieran discutiendo por este aspecto se estarían matando de la risa o muriéndose de la perplejidad, sobre todo porque en otros lugares de características muy similares ya se encontró la fórmula mágica de compatibilizar este espacio natural con el desarrollo económico que produce el turismo.

Vamos a ver, dejando de lado las cruzadas legales que existen en torno a la ordenación y lo que se pretende hacer en Las Teresitas, lo único que es real a fecha de hoy es que los santracruceros, los tinerfeños, los canarios y quienes nos visitan se encuentran con una playa capitalina que carece de la más mínima conservación. Estamos de acuerdo que no se ha convertido en un estercolero porque se la mantiene ligeramente aseada, pero sólo es un lavado de cara. Pero carece de todo lo que debe tener un recinto de estas características, un paseo marítimo, unos locales adecuados donde poder disfrutar de la brisa marina, pero sin entorpecer el caminar de los playistas y, por qué no, de alguna instalación hotelera de cierta categoría, pero siempre con respeto al entorno natural y sin caer en las golfadas urbanísticas que se han visto en la costa andaluza, con hoteles invadiendo descaradamente la arena y que luego, con lo 'rápida' que va la Justicia, se demoran años para derruir esas moles.

Uno va al sur de Tenerife, a Las Américas o a Los Cristianos y encuentra playas más o menos cuidadas con locales de restauración y alojativos, con paseos modernos o en Las Palmas de Gran Canaria, con una instalación incrustada en plena ciudad, donde también abundan hoteles y cafeterías. De acuerdo que en ambos casos citados no se trata de espacios con gran valor natural, pero es que tampoco reclamo que en Las Teresitas construyan un gran Manhattan urbanístico, pero sí un lugar donde los turistas puedan ir y disfrutar del baño y del ocio. Seguimos perdiendo oportunidades de hacer de esta ciudad un centro turístico más de Canarias, ya no sólo por la dejadez con la que se está actuando en la playa, sino también por el abandono que lleva sufriendo la ciudad desde hace décadas, pero eso ya es harina de otro costal y hoy, como diría un avezado político, no toca.

1 comentario

Lewis Rogers -

El problema de las Teresitas, como de otros muchos sitios, no es que sea una playa descuidada (presupuestos y crisis), sino que se pueda hacer con ella lo que dicen que se ha hecho. Los filtros, controles, fallan por todos lados y eso no está en manos del pueblo. La ciudadanía puede pedir, pero está muy acostumbrada a recibir el no por respuesta.