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Desde mi escaño

Combatir la obesidad desde niños

Combatir la obesidad desde niños

Danone Canarias y la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias han elaborado una campaña divulgativa en el que esperan concienciar a las familias sobre la importancia de mantener en la población infantil unos hábitos saludables tras el inicio del curso escolar. La campaña recomienda realizar ejercicio físico y llevar una alimentación equilibrada. Además, se recuerda la importancia de desayunar correctamente antes de salir de casa y de realizar al menos cinco ingestas al día en las que no falten frutas, verduras y lácteos. Uno de los aspectos claves de la campaña es concienciar a los padres de la importancia de desayunar en casa antes de salir al colegio. Según el programa de Salud Infantil de la Consejería, del aporte calórico que debe recibir un niño a lo largo del día, una parte esencial aparece en el desayuno, que debe ser una de las comidas principales del día. Con esta iniciativa, Danone Canarias y la Consejería de Sanidad informan de que un desayuno inadecuado puede ser perjudicial para el menor, ya que podría ocasionar hipoglucemia con la consiguiente fatiga, dificultad para la concentración y disminución del rendimiento escolar.

Lejos de pretender convertirme en un comentarista-bloguero anuncio, lo cierto es que la cuestión de la obesidad infantil en el Archipiélago no es, precisamente, asuntó baladí. Las estadísticas hablan bien a las claras de que las Islas conforman la región de España donde hay mayor densidad de personas obesas, pero sobre todo es preocupante que esta cifra se dispara a muy tempranas edades, justo donde se puede empezar a poner el remedio para evitar que a esa gordura se asocien otra serie de enfermedades que quitan gran parte de la calidad de vida a quienes tienen que arrastrar, literalmente, todos esos kilos de más por mor de una dieta totalmente inadecuada, así como por un sedentarismo que ayuda bastante a ir ensanchando el perímetro de la cintura.

Desde luego, es misión de los padres velar por el correcto desayuno de sus hijos y resulta alarmante acercarse a las puertas de los colegios y ver a bastantes niños a los que han despachado con un bollo industrial o un paquete de papas fritas como forma de empezar el día, es decir, que ni siquiera han tomado un vaso de leche con galletas o cereales en su casa. Evidentemente, con esa manera de comenzar la jornada, lo lógico es que al final el niño no haga sino consumir productos de muchas calorías, pero de nula calidad alimenticia, amén de rendir mucho menos en el aula.

Pero no sólo los padres tienen un papel relevante en este apartado, también los docentes deben cuidar que en los colegios no haya esas perniciosas máquinas que sólo despachan chocolatinas, papas fritas y bollería industrial. Estamos de acuerdo, porque todos hemos sido niños, que esas golosinas nos atraen más que una pieza de fruta o un bocadillo de jamón serrano, pero sin duda estas dos últimas opciones son mucho más sanas y contribuyen a mejorar el desarrollo físico e intelectual del menor. Y ya no sólo es una cuestión de existencia o no de esas máquinas, sino que también en los comedores escolares debe educarse el paladar de los más pequeños, acostumbrándoles a todos los sabores y a saber comer con corrección, a no rechazar un alimento a las primeras de cambio.

Si se siguen esos pasos, podremos hacer que las nuevas generaciones de canarios comiencen a desterrar del horizonte la palabra obesidad, un mal que, tal y como han señalado grandes expertos en medicina, es una de las lacras mayores que sufre el Archipiélago y los fondos para luchar contra la misma son demasiado cuantiosos. Posiblemente, esa educación nutricional desde las edades más tiernas sea la mejor inversión para tener que evitar pasar años después por un quirófano. Porque la obesidad, queridos amigos, no se trata de una cuestión de imagen o de estética, sino de salud, que hay que saber cuidarla para disfrutar a tope de la vida.

1 comentario

Máximo Medina -

Resulta curioso que en época de crisis se hable de obesidad. Es como un contrasentido, pero es cierto que el sobrepeso se ha constituido en una de los principales preocupaciones de los médicos. Y es que con los kilos de más algunas enfermedades resultan más dañinas para el ser humano. No vamos a ser todos deportistas de cuerpos pincelados, pero sí tener al menos la conciencia de que determinados productos puede resultar contraproducentes. En el caso de los niños nos encontramos con el problema, muchas veces, de que ambos padres trabajaban (para poder mantener así el coste del hogar) y entonces nadie supervisa su dieta diaria. El término medio se impone aquí, porque si la obesidad es mala, en el otro extremo están acechando la anorexia y la bulimia. A cuidarse toca.