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Desde mi escaño

Políticos y electores victimistas

Políticos y electores victimistas

Lo han conseguido. Nuestra clase política, toda en general, aunque con las excepciones de rigor, han logrado hacerse pasar por las verdaderas víctimas de los problemas que, en mayor o menor medida, han creado. Sin embargo, a pesar de ser hechos que están presentes a todas horas en los medios de comunicación, hay personas que piensan que al presidente de Gobierno de turno, por el hecho de pertenecer a un determinado proyecto político, se le puede criticar o no. Ya se sabe, esto es como el fútbol, jamás el aficionado o, en este caso, el afín a un partido reconocerá los errores de su propia formación. Es más, se quejará amargamente de que los votantes de las otras filas pongan a parir a su líder por estar llevando a este país a la ruina.

 

Pues esto, que parece una obviedad, tuve ocasión de escuchárselo a una persona el pasado sábado. De verdad, jamás oí una defensa tan encendida de Zapatero. Ni Leire Pajín, miren ustedes. Bueno, en resumidas cuentas mi interlocutora señalaba que era una auténtica tortura la que estaba sufriendo el presidente, que la oposición no le dejaba en paz un solo momento, que vaya dos legislaturas más terroríficas estaba pasando, que no le daban cuartelillo, y así hasta un largo rosario de quejas y lamentos por parte de una votante del PSOE que, curiosamente, parecía haber olvidado lo pasado con Aznar en el período del 2000-2004, pero muy en concreto desde mediados de 2002 hasta marzo de 2004, con unos atentados que cambiaron el rumbo de la Historia de España.

 

Y sí, no niego que esté siendo un mandato movido para Zapatero, pero es que, miren ustedes, tenemos una tasa de paro descomunal, aprobación de leyes que no benefician al interés general y que no hay una presión popular para llevarlas a cabo. Está pendiente toda la parafernalia del recurso en el Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, la dádiva de millones por apoyos puntuales a los nacionalistas y así un largo etcétera. ¿Qué pretenden encima determinados votantes socialistas acérrimos? ¿Pretenden que nos quedemos con la boca cerrada? Pues no, habrá que mostrar el descontento generalizado de la población española y denunciar estos desmanes gubernamentales, que son muchos, pero ya sólo con el paro, la reforma de la ley del aborto o lo de los crucifijos hay para debatir largo y tendido.

 

Miren, ya que nos ponemos a comparar, pienso que fue más terrible lo que tuvo que pasar Aznar cuando la muerte de 62 militares en el Yak-42. La decisión de ir a la guerra pudo ser afortunada o desafortunada, pero el accidente que le costó la vida a esas seis docenas de soldados fue fuera de un combate, podría haber sucedido en un servicio normal, pero les tocó a ellos. A partir de ahí, amén del fallecimiento de un cámara de Telecinco, el señor Couso, toda la parafernalia que se montó en torno al Gobierno del PP no es que fuese terrible, es que era mucho peor, con insultos graves en unos funerales de Estado (compararlo, por ejemplo, con los gritos de dimisión a Zapatero el pasado 12 de octubre), plante de determinados periodistas en las comparecencias del entonces jefe del Ejecutivo, etcétera.

 

El poder, amigos míos, es lo que tiene, desgasta y lo hace a una velocidad increíble. Tiene sus elementos positivos, pero también negativos y hay que saber sobrellevarlos y eso, sin embargo, hay determinados electores, sean de la inclinación política que sean, que creen que los suyos son intocables. Pues no, y lo suscribe uno que, a pesar de tener una marcada tendencia conservadora, hay aspectos que no me gustan y siempre que tengo ocasión los hago notar, guste o no guste a determinados mandos en el PP. Pero yo soy así, claro y llano (¡qué no Llanos, ojo!).

1 comentario

Máximo Medina -

Lo que sucede con Zapatero es algo curioso. Media España está a su favor, sobre todo los que viven del clientelismo político, y otra media está en contra, en especial los empresarios y las grandes corporaciones, que intentan sacar tajada de la crisis y no la consiguen. Resulta hasta chocante que con la boca pequeña los banqueros le critiquen y ha sido el Gobierno quien les ha sacado del atolladero en forma de falta de liquidez por las operaciones financieras que hicieron unos meses antes de la crisis. Cualquier individuo público (es decir, que viva del dinero de los contribuyentes) es perceptible de ser criticado o incluso, también, de ser defendido. Hasta en el PSOE echan pestes de Zapatero, pero igualmente hay cubículos muy conservadores que le miran de buena manera. Conclusión: está haciendo una política tratando de contentar a todos y la verdad es que no satisface a nadie. Por ello, quizás, pasará a la historia como el peor presidente de la historia reciente de España. Y eso no es nada fácil.