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Desde mi escaño

Jeta sindical

Jeta sindical

Cinco millones de desempleados en España y los sindicatos, al menos los dos mayoritarios, UGT y CCOO, apuestan por la inacción, no mueven una sola ceja y dejan a los trabajadores al albur de las urgencias para poder llegar a fin de mes. Ninguno, ni Méndez ni Toxo consideran necesaria la movilización, consideran que este Gobierno de ZParo lo está haciendo medianamente bien y sólo se oponen a la tan temida reforma laboral. No les importa un ápice que el país, día tras día, se vaya empobreciendo. No es de su competencia que el consumo baje hasta extremos insospechados, que los comerciantes tengan que clausurar sus negocios por falta de ventas, que las adquisiciones de automóviles bajen hasta datos del pleistoceno. En definitiva, que los sindicalistas, que tienen que defender el bien común de quienes han de sacar adelante la economía española, entienden que no merece la pena esforzarse y dejan a ese colectivo en el más absoluto de los desamparos.

 

Sin embargo, ¡¡¡ooooooh, sorpresa!!! estas mismas organizaciones sindicales se transforman en cuanto se enteran que ZParo le va a meter mano al sueldo de los funcionarios, un 5% de recorte para intentar salir de la crisis. Sí, señores, esta es la filosofía de una Unión General de Timadores y de las Comisiones Oscuras que sólo defienden a una parte de los empleados de España, al servidor público al que, al fin y al cabo, no le falta (de momento) la nómina de fin de mes, aunque desde luego resulta lamentable que el Gobierno pretenda realizar ese reajuste con ese cuerpo funcionarial, amén de tocarle las pensiones a los jubilados y cargarse el cheque bebé. Pero, de eliminar ministerios, rien de rien, es decir nada de nada.

 

Pienso, y no creo estar excesivamente errado, que los españoles se han tenido que dar cuenta de ante qué sindicatos estamos. No nos defienden, se maman literalmente el dinero de las cuotas en sus provechosos negocietes particulares y viven perpetuamente de la mamandurria subvencionada. Méndez y Toxo, Toxo y Méndez, tanto miente, miente tanto, se han convertido en los paladines de un zapaterismo que ya no es que vaya proa al marisco; es que es el propio marisco el que se ha apartado de la trayectoria del capitán descerebrado de la Moncloa antes de ser partido en dos, como está haciendo con España.

 

Desde estas líneas, lo digo con todo el convencimiento, pronostico una reducción del número de afiliados a partir de la próxima semana porque no tiene sentido que quienes peor lo pasan, los autónomos y los trabajadores por cuenta ajena, no hayan contado con el respaldo de los ugetistas y de los comisioneros y, en cambio, observen como sí se vuelcan con unos funcionarios que, por supuesto, merecen también la defensa de sus intereses salariales, pero sin olvidar que su situación es cuando menos de burgueses en comparación con los empleados del sector privado.

1 comentario

Máximo Medina -

Muchas veces los árboles no dejan de ver el bosque. Este es un caso más. Los sindicatos no deben oponerse a medias de recorte por el bien de España, cuando los trabajadores a los que dicen representar no son culpables de lo más mínimo de lo ocurre en el país. Es decir que un empresario, en este caso podría ser ZP, mete la pata en diversas decisiones y lo tiene que pagar el de a pie y además sin protestar lo más mínimo... porque esto es así. En fin que si los sindicatos no han apoyado a los parados (a los que no tutelan porque sólo son representantes de los que están en activo), ahora también deben quedarse callados ante el recorte a los funcionarios, ¿es eso? Pues vamos bien. Por ese camino que ZP y sus secuaces hagan lo que les dé la gana y que luego invoquen que es por defensa del euro, de la UE y de España. Asimismo, veo que tampoco deben las centrales sindicales oponerse a la reforma laboral. Pues qué bien. Si todas estas premisas son ciertas, pues mejor eliminamos todas las leyes laborales y con ellas a los sindicatos. Así estaríamos todos mejor... y después cuando haya otra crisis a quién le echamos la culpa. Ah, también quien defendería a los trabajadores de los abusos, que seguramente habrá, como suceden ya en la actualidad. Nadie, pues iban a ir muy bien con todas esas políticas liberalistas que se lo comen todo. Es lo de siempre, el rico cada vez más rico y el pobre cada vez más pobre, sólo que esta vez al pobre no hay ya quien le defienda. Un gran paso hacia la modernidad.