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Desde mi escaño

Tavío: Tropiezos y una apuesta

Tavío: Tropiezos y una apuesta

Cito literalmente a mi admirada Carmen Ruano, que tiene una gracia y una ironía fina: “La candidata popular a la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife sigue disparatada con su precampaña electoral. Va a terminar desfondada pero mientras tanto, el trajín le hace decir cosas sin pensarlo mucho. En Teide Radio dijo ayer que “espero que el concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Santa Cruz me permita vestirme de ‘gayumbos’. Voy a salir con unos musculitos, que vamos, me va a pellizcar todo el mundo”. Es lo que nos faltaba, una candidata-objeto que, además, se ha metido a telegrafista con la siguiente clave: “AA-AA. El nuevo código del Cabildo de Tenerife. AA-AA. Abreu-Alarcó, Antonio-Aurelio”. Y todo eso, sin fumar marihuana ni darse a la bebida, ¡Jesús!, la que nos espera…”

De verdad, mira que lo lamento enormemente, pero es que la candidata del PP al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife se las ingenia sola para meterse en unos berenjenales de lo más absurdo. Cuando las cosas pintan bien para su formación (se especula con un efecto arrastre más que interesante, por mor de cómo están las cosas a nivel nacional), Tavío se encarga de ir por los medios de comunicación ofreciendo respuestas que sirven para crear una polémica innecesaria. Porque ya no sólo es esto de los gayumbos, sino acuérdense del caso Bill Gates y las bragas, el Aquí no hay playa que se lanzó a cantar con el amigo Gonzalo Castañeda. En fin, más de uno debe temer una pérdida de votos cada vez que Tavío se lanza a la improvisación y, a tenor de los hecho, lo hace bastante y con consecuencias nada positivas.

Sinceramente, la parte referente a su vestimenta carnavalera se puede justificar dentro del contexto que es la fiesta en calle. Tampoco creo que sean palabras muy adecuadas, pero bueno, pueden tener un pase. Sin embargo, lo que ya rompe todos los esquemas es hablar de una futura composición cabildicia. Conociendo a Alarcó, ni pizca de gracia le habrá hecho que se frivolice sobre este asunto, máxime cuando los propios conservadores manejan sondeos más que favorables para la marca de la gaviota.

No seré yo quien ponga en solfa a los muestreos demoscópicos, aunque sean de perfil, que han venido publicándose en las últimas semanas. Muchos, por no decir todos, están cocinados a gusto de consumidor, es decir de quienes encargan el estudio. Pero a mí, que me muevo por sensaciones, me da la sensación de que, en líneas generales, se va a producir un triunfo en las Islas del PP (que luego habrá que ver si gobierna en función de acuerdos) y un incremento importante en todas las instituciones insulares y locales.

¿Y en Santa Cruz de Tenerife? Pues miren, para que vean que no me escondo. Le apuesto a la señora Tavío, y desde aquí le lanzo el reto, a que, pese a las buenas perspectivas del PP, no supera los seis concejales obtenidos por el PP en el año 2003 por mor de esos tropiezos radiofónicos. Si pierdo mi apuesta, desde estas líneas me comprometo a invitar a la candidata conservadora a un almuerzo en Los Limoneros o en algún restaurante de postín de la isla. Es más, para que nadie entienda que soy un jeta o que pretendo jugar con ventaja; ni tan siquiera busco contraprestación en el caso de acertar yo en mis previsiones, a lo sumo un cortadito (con sacarina). Quedan apenas tres meses (y bajando).

1 comentario

Máximo Medina -

Velarde es usted muy duro con el PP. Tavío me parece a mí una señora ocurrente que a veces olvida la formación en la que se encuentra y de la que es presidenta en la isla de Tenerife. Supongo que todo eso que declaró lo hizo en el contexto de los carnavales y sin mala intención. Lo que pasa es que mezclar gayumbos con pellizcones no parece nada adecuado. Lo del Cabildo no lo entiendo, porque da la impresión de que lo único que importa es Melchior no siga, el resto se hablará. No sé yo... Por cierto, no se fíe de las encuestas. Son todas mentira, porque la estadística lo único que pretende es dar una composición de lugar. Si usted y yo vamos a Los Limoneros y usted se manda un pollo, la estadística dice que nos comimos la mitad cada uno. Cosa totalmente incierta, porque no me gusta el pollo. El cortado, sí, pero con azúcar.