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Desde mi escaño

El 'demoxenófobo' de El Vendrell

El 'demoxenófobo' de El Vendrell

August Armengol. Si yo pronuncio este nombre, así sin más, pues no les dirá absolutamente nada, es como si digo Perico el de los Palotes. Lo lógico es que ustedes se queden pensando en que este señor es uno de esos 47 millones de habitantes que tenemos en España. Sin embargo, si yo les digo que este caballero, por llamarlo de alguna manera, pertenece a una organización denominada Plataforma o Partido por Cataluña, concretamente en el Consistorio de El Vendrell, y que tiene unas aficiones curiosas como la de llamar guarros a los musulmanes, posiblemente ya sepan de quien estoy hablando.

Pues sí, queridos lectores, efectivamente se trata de un tipo infecto, de un racista recalcitrante, de un xenófobo de campeonato que se dedica a llamar sucios a los inmigrantes, pero parece que con especial inquina sobre los africanos del Magreb, a los que además fotografió estando estos por fuera del Ayuntamiento, colgó la imagen en su perfil de Facebook y lo remato con el comentario de que esos señores eran unos moros y unos sucios, amén de una retahíla de mensajes de los acólitos que eran igual o de peor bajeza que la del texto original.

Lo que es evidente es que este señor, por higiene democrática, por respeto a nuestra Constitución y, en particular, por los vecinos de El Vendrell, al menos aquellos que no han votado a este parásito, debería de estar fuera de cualquier institución a la voz de ya. Es inconcebible de todo punto que alguien tan abyecto pueda, siquiera, creerse el portavoz ni siquiera de sí mismo. Esta persona no puede representar a nadie porque en sí mismo es impresentable. Alguien que va de demócrata no puede estar en esa línea que no es ya la frontera entre el bien y el mal, es que se ha metido de lleno en el fango de la xenofobia y Dios no lo quiera, pero también se juega que algún marroquí de sangre caliente le acabe reventando la sesera de una pedrada.

Y es que aquí somos mucho de creernos los mejores, la última Coca Cola en el desierto, la maravilla mundial, pero en cambio, desgraciadamente, seguimos teniendo especimenes de esta calaña que acaban ofreciendo una imagen pésima de España en el exterior. Insisto, ojalá y nadie se tome la justicia por su mano, pero no está en condiciones el tal August Armengol de pasearse cerca de una mezquita o de pasar unas vacaciones en Marrakech. Y es que ya sabemos como se solventan ciertos conflictos con determinadas razas, sobre todo en materia de injurias y vejaciones. Y en España tenemos un refrán muy sabio: Quien a hierro mata, a hierro muere.

1 comentario

Máximo Medina -

La democracia lo permite todo y si además le votan, pues más. Casos hay ciento, quizás miles, y éste es uno más. De todas maneras, el apoyo a este tipo de opciones viene de gente desencantada con los partidos tradicionales, que no cumplen sus expectaciones y puede que elijan estos partidos minoritarios como represalia hacia los otros. La xenofobia es negativa y censurable, pero resulta curioso que muchos políticos en la UE la utilizan y consiguen sus réditos electorales. No sólo será racista este señor, sino todos aquellos que le votan y si eso es así, nos encontramos con un verdadero problema social. Que pregunten a franceses, alemanes, italianos, belgas y demás si no tienen candidatos de marcado acento nacionalista que buscan todos los males en la inmigración que, según ellos, nos invade. Algo está pasando cuando haya gente que deposite su voto por estas formaciones.