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Desde mi escaño

Los 'brazos incorruptos'

Los 'brazos incorruptos'

Ridículo, absurdo, vergonzoso, sonrojante y todos los adjetivos que ustedes quieran darle al apoyo que Alfredo Pérez Rubalcaba hizo del ministro del Conceto, digo de Fomento, José Blanco, ahora más Pepiño que nunca desde este ataque de paternalismo del candidato socialista. Vamos a ver, ¿hace falta rebajarse de tal manera, en un mitin, ante los ojos de cientos de personas y con los medios de comunicación presentes, para tener que tirar de un argumento tan pueril como el de tener que dirigirse a los padres del ministro y decirles a voz en cuello que tienen un hijo honesto? Menos mal que no se le escapó lo de 'honeto', porque entonces ya sí se que habría que empezar a pensar que los problemas fonéticos del gallego son contagiosos.

Fuera de broma, no es de recibo que el asunto de la gasolinera se quiera despachar de un modo tan superficial. Nadie, siquiera el principal acusado, Blanco, ha negado el hecho de la reunión en una gasolinera, pero sí rebate que se haya hablado de comisiones y de tratos de favor, algo que llama poderosamente la atención porque no creo que haya una persona sobre la faz de la Tierra que se encuentre con una alta autoridad en una estación de servicio y se cuele en el coche oficial del susodicho como si fuese la cafetería a la que uno va diariamente a tomarse el café con porras y el carajillo de propina.

Reducir toda esta historia a que los padres de José Blanco están sufriendo mucho por las insidias que están diciendo de su hijo es llegar al paroxismo de la estupidez más supina. Es como si el PP en pleno y en bloque hubiese salido en plan plañidera a quejarse de que las acusaciones sobre presunta corrupción en el caso de Francisco Camps estaban perjudicando a la salud de los padres del político valenciano. Ya está bien de hacernos pasar a los ciudadanos por tontitos porque no lo somos, señores, no lo somos.

Si Blanco ha metido el remo, que lo pague, pero tampoco perdamos la óptica de las cosas. El empresario Dorribo es un presunto sinvergüenza de tomo y lomo, un caradura, un vividor y un desahogado que ha tratado (y a veces lo ha conseguido) de vivir en la opulencia y opíparamente a costa de las influencias y del chantaje político.

Sí, han caído dos representantes autonómicos, uno del BNG y otro del PP y ahora falta por conocer cuál es la intervención y el papel preponderante de Pepiño, pero quien pretenda pasear por los medios de comunicación al señor empresario como el brazo incorrupto de Santa Teresa es caer en el juego que le interesa al abogado defensor y a quienes sólo pretenden hacer caer al ministro, olvidando que la corruptela alcanza a representantes de los tres partidos con representación en Madrid y en Galicia.

Cada cual puede hacer de su capa un sayo, pero me parece demencial hacer creer que Dorribo es un santo en la misma proporción en la que en su momento Pedrojota Ramírez usó y abusó de las confidencias de dos personas turbios, tabernarios y sórdidos como José Amedo y Michel Domínguez, sujetos abyectos que colaboraron a hacer todo el daño posible al Estado de Derecho hasta que los trincaron y trataron después de limpiar la suciedad en la que habían caído sus nombres acusando y metiendo en el fango a sus superiores. ¡Menuda cara!

1 comentario

Máximo Medina -

Rubalcaba lo tiene metido en su bloque, nunca mejor dicho, luego ¿qué podía hacerle? Defenderle, claro, siempre que no se demuestre lo contrario. A la menor sospecha, los socialistas piden dimisiones a diestro y siniestro, pero si los sospechosos son ellos, aluden directamente a la presunción de inocencia. La responsbilidad política para ellos no existe, pero para los demás sí. Y, añado, no es nada nuevo.