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Desde mi escaño

Calle Laurel: De pinchos y copas

Calle Laurel: De pinchos y copas

Si hay un sitio mítico en Logroño, un lugar de obligada visita, es la calle Laurel, el centro donde los sentidos cobran su verdadero esplendor. La vía más famosa de toda España a la hora de un buen picoteo está bulliciosa a todas horas, ya sea a mediodía o por la noche. Y no es para menos, decenas de locales ofrecen al cliente una infinita variedad de pinchos. Cualquier variedad que a usted se le ocurra, por muy rebuscada que sea, seguro que la encuentra en este templo del deleite gastronómico.

Haciendo historia, la tradición de la calle Laurel comenzó con la apertura del mítico ‘Blanco y Negro’, que fue el que puso la pica en Flandes para que posteriormente fuesen posicionándose otros locales. Eso sí, este es uno de los bares de obligada referencia para poder degustar unos extraordinarios bocadillos de anchoa y de pimiento verde. Es casi como una religión acercarse a este local primigenio que ha conseguido poner a la Laurel en el mapa. Tanto es así, que los extranjeros se pirran por visitar esta calle en sus viajes a La Rioja y, de hecho, desde muchos hoteles se programan rutas específicas para conocer la amplia gama de pinchos y caldos que se ofrecen al cliente.

Como curiosidad, a esta calle se la conoce también como la ‘Senda de los Elefantes, ya que muchos de los que acudían a degustar las raciones también daban buena cuenta de los vinos riojanos y, evidentemente, el resultado final no podía ser otro que el de salir con una buena trompa. Por eso, mejor moderarse y disfrutar a pequeños sorbos y a pequeños bocados de estos placeres terrenales.

Los locales de la calle Laurel están sumamente concienciados de que son un elemento de interés turístico y, en colaboración con las instituciones principales de La Rioja, se ha hecho un esfuerzo para dar la máxima calidad al visitante. Y no sólo desde el punto de vista gastronómico, sino también en la atención. Porque, no lo duden, uno de los puntos fuertes de los riojanos es su amabilidad, su carácter afable y abierto. Porque no sólo se conquista por el estómago, sino también con una sonrisa (y eso no está al alcance de cualquiera).

1 comentario

María -

Quería añadir algo pero no se me ocurre nada mejor.
Estupendo artículo sobre esta mítica y alegre calle de nuestra ciudad.
Y digo nuestra porque casi, casi es tuya también.
De hecho ya tenemos una calle San Juan, que es la hermana pequeña de la Laurel.
Mereces una visita a probar todos esos pinchos con sus caracteristicos nombres, como Cojonudo, del bar el Muro,acompañados de un buen Rioja.

@MMariaSp