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Desde mi escaño

Vidal-Quadras, Esperanza, ahora Abacal, ¿quién será el próximo?

Vidal-Quadras, Esperanza, ahora Abacal, ¿quién será el próximo?

Santi Abascal deja el PP. ¿Quieren que les diga la verdad? Pues que no me sorprende lo más mínimo porque esta salida de la formación de Génova 13 llevaba mucho tiempo gestándose y, aunque queda muy fea el autonombrarse en un artículo, hace cuatro años, en el transcurso de un evento de DENAES al que acudí en calidad de periodista en Santa Cruz de Tenerife, este político ya dejaba entrever que no estaba muy de acuerdo en cómo se estaban llevando ciertas cosas dentro del Partido Popular, que veía una cúpula demasiado inmovilista y que la democracia interna (¡ejem, ejem!) no era, precisamente, un espejo de brillantez. Además, con el añadido de que todo esto pasaba con un PP sumido en plena oposición dentro de los años del zapaterismo.

Claro, cuatro años después, con todo el poder en su mano, los populares, el núcleo duro por así decirlo, no iba a aflojar. Al contrario, mucha más rigidez, más control y más apartar a los críticos con el poder. Así entiende los principios democráticos un Mariano Rajoy que cada día parece más poseído por el síndrome de la Moncloa. Y claro, con el presidente viviendo en su peculiar realidad, el partido está secuestrado por gente como María Dolores de Cospedal quien, al parecer, como piensa ganar de calle la segunda mayoría absoluta, sólo tiene ojos para buscar conspiraciones genovesas. Vamos a ver si no va a tener que pagar un ‘Page’ por el empeño de querer mandar en Toledo y al mismo tiempo en Madrid.

Abascal es de esos políticos que tenía ideas renovadoras para el PP, alguien que entiende que los cargos no pueden ser vitalicios bajo ninguna circunstancia y que hay que entrar y salir de los puestos de responsabilidad con una profesión ajena a la política, que lo que no puede ser es que algunos entiendan que entrar en una formación ya es un cheque en blanco para la holganza y la vagancia.

Desde luego, a Rajoy se le viene una encima de órdago, a menos de siete meses vista para las elecciones europeas, el PP pierde prestigio a raudales, tiene unas vías de fuga de votos que ríanse ustedes del fuel que soltaba el Prestige. El presidente del Gobierno se está cargando a sus principales activos y encima tiene la principal habilidad de tener cabreados a todos, a votantes propios y ajenos. Y con Esperanza Aguirre esperándole en la bajadita.

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