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Desde mi escaño

El Rey y su avión: 'No pueden, no pueden'

El Rey y su avión: 'No pueden, no pueden'

Parece un chiste, pero no lo es. El avión de las Fuerzas Aéreas Españolas utilizado por la Casa Real ha vuelto a sufrir una avería, concretamente la quinta y en muy poco espacio de tiempo, poco más de un año (o incluso menos). Ya sé que el chascarrillo resulta bastante obvio en el sentido de no saber quién de los dos se encuentra peor, si el monarca o su aeronave, ya que ambos sufren achaques (de salud y mecánicos) que les hacen pensar en una pronta abdicación y retirada, respectivamente.

Pero ahí están ambos, como unidos por el destino, aferrados como lapas al último hilo de vida activa, resistiéndose a pasar a un segundo plano y, de paso, dando una imagen esperpéntica de nuestra monarquía allende los mares. Miren ustedes el gracejo de la Reina Isabel II de Inglaterra, a la que nadie tiene que estar llevando en volandas o sujetándola por el talle para evitar un tropezón. Ella se vale de su destreza y mírenla, tan pancha. En cambio nuestro Rey parece una especie del Chikilikuatre y Lucas Grijander al que sólo le falta decir eso de: “No puedo, no puedo, ¿te das cuen?”.

Lo de las averías del avión no sólo es un símbolo de lo avejentada que está nuestra monarquía, sino la resistencia de una persona a dejar el poder. Se agarra a su trono, y nunca mejor dicho, como si no fuera haber un mañana, como si este país no tuviese un heredero perfectamente preparado y que, nos guste o no, le daría otro empaque a la Casa Real acuciada con tanto escándalo regio entre cacerías y Corinnas, entre Urdangarines y Cristinas. Otra cosa es, desde luego, que nos diesen la ocasión a los españoles de decidir qué queremos, si monarquía sí o monarquía no, pero mientras, rejuvenezcamos la saga, por Dios.

Y ya metidos en la harina de ahorrar costes, de apostar por la austeridad, si el avión del Rey ya no chuta, tenemos unas aeronaves fantásticas que no se utilizan. Sí, ya sé que para la regia presencia de Don Juan Carlos igual no le gusta la idea, pero no se puede ir dando es imagen de cutre salchichero por donde quiera que vamos. En los Emiratos Árabes aún debe durar el cachondeíto con el avioncito del Rey. Algunos pensarán, y no sin razón, que buena está la marca España para ir dando lecciones de modernidad y prosperidad.

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