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Desde mi escaño

El pacto CC-PP en Santa Cruz de Tenerife

El pacto CC-PP en Santa Cruz de Tenerife

La presidenta del Partido Popular en Tenerife, Cristina Tavío, se reunió con el alcalde de Santa Cruz, Miguel Zerolo, para ver cómo va el pacto de gobierno entre los nacionalistas y los conservadores. No hay secreto alguno a la hora de afirmar en esta tribuna que las relaciones entre el grupo afín a la presidenta popular y los partidarios de Ángel Llanos, primer teniente de alcalde de la capital, no pasan, precisamente, por uno de los mejores momentos, especialmente desde que el llamado Pibe de Ofra optase a arrebatarle el puesto de mandamás del partido en la isla a la niña Tavío. Desde ese instante, cuando la derrota para el aspirante fue contundente (y para quienes le apoyamos en el proceso, todo hay que decirlo), los cuchillos no han dejado de afilarse en la sede de Juan Padrón a la espera del más mínimo fallo para descabalgarle de la carrera por la alcadía en el 2011.

Sin embargo, a pesar de disensiones en el seno del PP (las hay también en el resto de partidos, pero hay quienes saben ocultarlas mejor o cortar de raíz la lavandería pública de trapos sucios), Cristina Tavío sabe perfectamente que el único socio de gobierno con el que se puede dirigir actualmente la ciudad de Santa Cruz de Tenerife es, precisamente, con el PP y con la figura de Ángel Llanos. Guste o no, lo cierto es que Coalición Canaria, en la figura de Zerolo, trató de lanzar una cortina de humo tendente a la confusión. Intentó asegurarse apoyos extras para, en un momento dado, poder cambiar de pareja de baile y, de paso, desactivar cualquier posible ascensión de otras fuerzas de cara a las elecciones de dentro de dos años. Pero la jugada le salió mal al primer edil. Tan solo el CCN de Ignacio González ha accedido a postularse en ese Gobierno de concentración, pero, obviamente, no es un apoyo de peso, no sería suficiente para desprenderse del brazo de los conservadores. De resto, ya sabemos como piensan los Ciudadanos de Santa Cruz (si lo limitamos a la doble G, Guigou y Guimerá) y las puñaladas traperas que se dan en el PSOE, quitando a portavoces de grupo y quemando a candidatos-as como si no costara. Claro que cuesta, concretamente derrotas en las urnas cada cuatro años.

Ahora habrá que ver el papel que jugará Llanos en los dos años que restan de mandato, qué libertad de movimientos tendrá, pero ya no sólo dentro del Ayuntamiento, sino incluso fuera de él. Para su desgracia, él no manda en el partido y tendrá que soportar las lógicas presiones de cuando se acerca el final de mandato y hay que empezar a separarse del socio de Gobierno y a fijar posiciones un tanto más contundentes. Con sus aciertos y sus errores, hasta la fecha el teniente de alcalde ha demostrado, por encima de todo, capacidad de trabajo, aunque no le vendría mal que redujera la dosis de protagonismo excesivo, como ya señalé una vez más en esta tribuna. Eso sí, mucho me hubiera gustado escuchar a determinados sectores si en vez de Ignacio González hubiera sido Llanos el que hubiera acudido al comedor del albergue de Los Gladiolos. Y ojo, que no creo que el líder del CCN estuviera buscando una imagen efectista, sino que hizo lo que deberían hacer otros responsables de asuntos sociales del resto de corporaciones, ponerse en la piel de quienes sufren a diario los rigores de una crisis que les ha llevado diariamente a tener que hacer largas colas para asegurarse un plato de comida.

1 comentario

Máximo Medina -

Para comentar lo que sucede, o pueda estar pasando, en el Ayuntamiento de Santa Cruz, hay una frase que viene al pelo: cuanto más alto subas, peor será el batacazo. El asecenso puede ser lento, pero la caída es toda de una vez. Quizás en ello radique el cambio que se ha observado desde la calle. Alguien asumió muchas influencias en muy poco tiempo y otro lo ha devuelto a la cruda realidad. La política es así de mezquina. Hay que ser muy bueno para que no tener que abonar el canon de ambición. En esta vida todo se paga, los que no hacen son los buenos, los hábiles o los más más habituales de la mentira. Porque la principal arma de un político profesional es ésa, la mentira, que aderezada con la ilusión hace virguerías. Pueden preguntar a mucha gente.