¿La solución pasa por Florentino Pérez?
Florentino Pérez anunciará en los próximos días que se presentará como candidato a las elecciones al Real Madrid, club que, todo hay que decirlo, abandonó cuando las cosas se torcieron por, precisamente, no haber puesto freno a los caprichos de las mega estrellas que había contratado en las temporadas anteriores y que, una vez ganados prácticamente todos los títulos en juego, empezaron a abandonar los hábitos profesionales para dedicarse a liderar la clasificación de ver quién de ellos lograba llegar puntual al entrenamiento cerrando antes, eso sí, el último garito que hubiese abierto en la capital de España. Vamos, unos figurines de tres al cuarto, pero que estaban consentidos por quien precisamente aspira a convertirse de nuevo en el mandamás de la casa blanca futbolística.
Cierto es, no lo vamos a negar, que la decisión del señor Pérez de regresar a la poltrona merengue supondrá una reactivación del mercado de grandes fichajes. El Rey Midas volverá para contratar a lo más selecto del panorama mundial, Kaká, Cristiano Ronaldo, Cesc, Gerard...y a quien se le ponga en la mollera, pero volverá a fracasar si se empeña en el vetusto modelo de Zidanes y Pavones. Hay que apostar decididamente por la cantera, no sólo sacar jugadores para que triunfen en otros clubes y que, a la larga, te acaben quitando puntos como si no costara. Soldado, Negredo, Jurado o Luis García son sólo algunos ejemplos de los canteranos formados en la vetusta Ciudad Deportiva y en Valdebebas. Todos triunfan en sus equipos de destino porque, entre otros motivos, el Real Madrid no les ofreció una oportunidad en serio para poder quedarse a la sombra del Bernabéu. Fíjense en el caso del Barcelona. Las oportunidades para los que vienen pisando fuerte son reales, jugador que sirve, jugador que se queda en el primer equipo. A lo sumo, se le cede uno o dos años a un conjunto de menor nivel para que se vaya fogueando, pero al final retorna a casa. De acuerdo que también la entidad blaugrana ha cometido errores por no proteger a los más jóvenes, caso Cesc, pero está claro que ante la ley de la oferta y la demanda poco se puede hacer y el Arsenal aprovechó una tesitura profesional y personal de la propia familia del futbolista para birlárselo al Barcelona.
Dicen los expertos que Florentino ganará las elecciones de calle (si es que llega a haberlas, aventuran algunos), pero yo no estoy tan convencido de ello. Segundas partes nunca fueron buenas y ha quedado constatado que el socio madridista está poco menos que hasta el gorro de presidentes que sólo acceden a la poltrona para su propio beneficio. Han tenido un ejemplo claro con el okupa Ramón Calderón, del que nunca quedó demostrado que fuese el elegidio por la masa social del Real Madrid. Los incontados votos por correo le dieron el poder, pero por un estrecho margen, ese mismo que le ha permitido mangonear en el club, como si fuera suyo, hasta llegar a manipular una asamblea, la del 7 de diciembre, que fue la que le hizo dar con sus huesos fuera de la entidad y, si la Justicia atina un poco, dentro de poco tiempo igual ante el juez y tras los barrotes. Habrá que ver qué candidatos le pelean el poder al señor Pérez, pero desde luego si se personan a la cita personajes como Juan Onieva, segundo de a bordo en la época de otro presidente poco recomendable, Lorenzo Sanz, aviados van los socios madridistas. Aseguran que Sanchis, una vieja gloria del Madrid contemporáneo, estudia concurrir, al igual que los señores Eduardo García y Martínez-Bravo. Los tres son nuevos en estas lides. Quién sabe, igual sucede lo mismo que en el año 2000, que cuando todo el mundo auguraba un triunfo sin paliativos de Sanz, vino Pérez (con el atractivo del fichaje de Figo bajo el brazo) y ganó de calle las elecciones. Por eso Florentino bien haría en no confiarlo todo a esos fichajes de relumbrón, por si acaso.
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Lewis Rogers -