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Desde mi escaño

Las Teresitas o el tercermundismo

Las Teresitas o el tercermundismo

Lo de la playa de Las Teresitas, y perdónenme ustedes, queridos lectores, por la reiteración, comienza a cobrar tintes del surrealismo más rancio que se haya podido conocer. ¿Alguien en su sano juicio, de verdad, puede permitir que todos los veranos de estos últimos años tengamos que estar aguantando esta estampa tercermundista de colas kilométricas de coches y guaguas atascadas, paradas literalmente, porque no hay quien pueda ni entrar ni salir del recinto playero? Lo del pasado domingo sólo fue un botón de lo que nos espera de aquí a septiembre, máxime si no se abre el consabido Parque Marítimo y todo apunta a que esta instalación permanecerá clausurada sine die por culpa de un quítame allá esas fiestas o esas pajas (alguien de confianza me ha chivado que el asunto se reduce a una mera cuestión de faldas).

Pero bueno, para no desviarme del tema, lo que importa es tratar de solucionar el tema de las colas que se organizan los fines de semana para llegar a la única playa ¿decente? de Santa Cruz de Tenerife. Los políticos (siempre ellos) dicen que todo se resolvería si se apostase más por el transporte público. Claro, sí, ¿pero saben cuantas decenas de miles de personas podían estar el otro día en la playa o intentando acceder a la misma? Hay quienes hablan de que se contabilizaron más de 15.000 coches que, aplicando una sencilla regla, podíamos hablar fácilmente de 45.000 / 50.000 personas, una cantidad que desborda las previsiones de una instalación que, encima, no cuenta que los servicios básicos para dar avío a tanta gente. Obviamente, imagínense que de esas 45.000 personas quisieran ir unas 20.000 /25.000 en guagua. Titsa no daría abasto para poder satisfacer las necesidades de los bañistas, amén de que todos irían enlatados y, a buen seguro, más de uno apenas podría disfrutar de media hora de baño si luego no quiere pasar dos horas esperando a coger sitio en la guagua de vuelta.

En fin, ¿qué quieren que les cuente? Tenemos lo que nos merecemos por votarles en las urnas. Sé de un amigo que siempre aprovecha para machacar al primer teniente de alcalde de Santa Cruz, Ángel Llanos, cuando hablo de lo mal que funciona el ocio en esta ciudad, pero digo yo que en la cuestión de Las Teresitas tiene mucha más responsabilidad el señor Miguel Zerolo, alcalde de esta ciudad desde 1995, es decir hace la friolera de casi tres lustros y desde entonces habla y no para de dotar a este entorno de los servicios necesarios para hacer de la misma un punto de referencia. Pues sí, lo único que ha hecho, hasta la fecha, es cargarse los chiringuitos Pepe Ramos I y II y dejar a medio hacer el mosntruoso mamotreto. Nada, pero luego nos quejaremos si el turismo desciende en la capital. Si es que no aprendemos, ni los políticos ni quienes les apoyamos.

1 comentario

Máximo Medina -

La situación de Las Teresitas, y de eso sabemos un montón los chicharreros, se ha ido degradando al paso de los años. Es como la nada y obviamente donde hay nada, nada se puede sacar. Al no haber infraestructuras de entrada y salida a la playa, las colas de coches serán allí perpetuas. No se soluciona nada con el transporte público y cuando el gentío se pone de acuerdo para ir a un sitio, el lío es monumental. Pero si lo pensamos bien, en cualquier sitio de la capital podría darse la misma circunstancia. No estamos preparados para nada que se salga de lo normal y es que nadie tiene en cuenta las emergencias. Justo como la que sucedió el pasado domingo, donde guaguas, coches y demás familiares se quedaron enganchados en una cola siniestra y hasta macabra en busca de unos rayos de sol en compañía de agua salada que se quedaron muy lejos. A pesar de que el litoral estaba bastante cerca. Acondicionen toda la zona primero y luego presten servicio a todo el que lo necesite. Es la única forma de que algo funcione. Pero para eso hace falta previsión y presupuesto. Y ni una cosa ni la otra.