Gallardón también borra la Historia
El Ayuntamiento de Madrid, con su ínclito alcalde al frente, Alberto Ruiz Gallardón, decidió ayer lunes cargarse todos los nombramientos honoríficos a Francisco Franco, cumpliendo así el artículo 15 de la perversa Ley de Memoria Histórica. Sí señores, esto es a lo que se dedican algunos prohombres de la patria. No les importa si hay paro, si hay personas que no llegan a final de mes, si tienen que dormir a la interperie porque les han deshauciado de su piso y tampoco quedan plazas en los albergues. No, lo único que están interesados algunos políticos es en borrar las huellas de un pasado histórico. Para bien o para mal, Franco significa, ni más ni menos, que cuatro décadas de nuestra existencia como nación. España también se hizo bajo la dictadura del Generalísimo, con sus cosas buenas (las menos, pero las hizo, hospitales, la seguridad social, los pantanos, la paga extra del 18 de julio, una educación de cierta calidad) y sus cosas malas, entre ellas la carencia de una libertad de expresión, con lo que todo ello supone. Pero bien, es nuestro pasado y no podemos estar renegando de él constantemente.
El gran problema que afecta a Gallardón es su cercanía a los grupos mediáticos prosocialistas. El regidor madrileño siempre se ha mantenido en un delicado equilibrio a la hora de defender los preceptos de la derecha y tratar de compaginarlos con lo que le dicen desde las plataformas prisaicas. Y claro, con esos mandados tan extremos resulta muy difícil contentar a todas las partes. Normalmente, se acaba por conceder el 100% a una sola o por cabrear a todo el personal. Lo de Franco, sin duda, es una gallardonada más, secundada además por casi todos los concejales del PP de la Villa y Corte. ¿De verdad, usted creyó esencial o trascendental debatir la moción de Izquierda Unida? ¿Piensa que Madrid es hoy una ciudad mejor por el hecho de que a Franco se le hayan retirado todos los honores?
Sinceramente, señor alcalde, estoy convencido de que la gran mayoría de los ciudadanos desconocían a estas alturas si el Generalísimo contaba o dejaba de contar con unos títulos. Mire, hace cerca de 40 años que en España ya no estamos bajo la presión de una dictadura, ya se han celebrado varias elecciones y los españoles nos dimos la oportunidad de pasar página. Sin embargo, señor Gallardón, parece haber sido abducido por el liante de Zapatero, ese que no tiene idea de gobernar, pero que para tapar su incompetencia más extrema sólo sabe sacar bobadas del estilo de la Ley de Memoria Histórica, que no es otra cosa que un conglomerado legislativo para conseguir justamente lo contrario, que olvidemos parte de nuestro pasado, por ejemplo las tropelías de Largo Caballero, La Pasionaria o el mismísimo matarife de Paracuellos, el honoris causa Santiago Carrillo. Vaya, parece ser que cuando se trata de los golpistas y asesinos de la izquierda los vacíos mentales hacen mella en esa ley, pero eso no importa, sobre todo cuando alcaldes como Gallardón le hacen el juego.
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Lewis Rogers -
Máximo Medina -