Concepción lanza un nuevo órdago
El presidente del CD Tenerife, Miguel Concepción, ha lanzado un nuevo órdago, además a lo grande, asegurando que el equipo, en el plazo de cuatro años, estará disputando competiciones europeas. Sí, pudiera parecer todo un riesgo innecesario cuando el cuadro blanquiazul está dando sus primeros pasos en la Primera División y lo normal sería empezar a asegurar la permanencia en la presente temporada, pero el máximo mandatario de la entidad del Callejón del Combate ya ha dado serias muestras de saber de lo que habla. No hay que irse muy lejos. En el año 2006, cuando tomó posesión como presidente del Consejo de Administración del CD Tenerife auguró y se fijó el objetivo de que en tres años el equipo ascendería a Primera. Dicho y hecho. Los dos primeros cursos fueron para propiciar la necesaria estabilidad financiera (aunque no se pudieron evitar ciertos nervios deportivos por los vaivenes clasificatorios) y en el tercero se consumó el anuncio presidencialista, además con unos números sensacionales y haciendo frente a una pléyade de rivales con más tradición y, sobre todo, presupuesto.
Desde luego, y eso que no puedo preciarme de conocer personalmente a Miguel Concepción, estoy plenamente convencido de que el máximo rector tinerfeñista busca en esta campaña lo que todos los aficionados, la permanencia de la forma más holgada posible, sin tener que llegar a la última fecha. A pesar de las dificultades económicas que ahogan al Tenerife (y eso que la directiva ha logrado quitarse de encima más de un tercio de la deuda acumulada de la época de Pérez y Ascanio), los responsables deportivos, con Santiago Llorente a la cabeza, han logrado mantener el bloque del ascenso y traer refuerzos interesantes para conseguir la meta de la continuidad en Primera División. No, fácil no será la labor, pero si el cuadro juega en los siguientes encuentros como ante el Zaragoza, la salvación será todo un hecho antes incluso de lo que los aficionados podamos pensar.
Pero volviendo al órdago lanzado por Miguel Concepción, la idea de Europa no es nada descabellada. De hecho, tras el segundo ascenso a la máxima categoría, el malogrado Javier Pérez persiguió ese sueño dorado y lo consiguió en la cuarta temporada, 1992/1993, en el duelo ante el Real Madrid (2-0) y que supuso que los merengues se quedasen sin su segunda liga. Es más, no fue flor de un día la participación continental del once blanquiazul. En su primera cita con la UEFA se llegó hasta una tercera ronda donde se cayó, con todos los imponderables del mundo en contra del Tenerife, ante la Juventus de Turín, mientras que en la segunda ocasión sólo la mala suerte le privó de disputar la final tras caer en la prórroga ante el entonces emergente conjunto teutón del Schalke 04.
Como a todos, me entra la nostalgia de esos grandes hitos, de ver como el Tenerife paseaba sus historia por medio continente, por Francia, por Italia, por Holanda, por Alemania, por tierras hebreas, danesas, con duelos estelares como el 5-3 al Lazio de Roma o el 2-4 al Feyenoord o el golazo de Antonio Mata al Brondy o aquel agónico 0-1 al Auxerre, pero está claro que la puerta de Europa está, ahora mismo, fuera de nuestro alcance y este año toca sufrir lo menos posible e intentar apuntalar los puntos de casa ante los equipos de nuestra liga. Ganar al Real Madrid, al Barcelona, al Atlético de Madrid, Valencia, Sevilla o Villarreal dará prestigio, pero no son los que, teóricamente, vayan a estar en una situación de apuro clasificatorio. Xerez, Sporting, Racing, Almería, Valladolid, Osasuna o Mallorca son, de momento, nuestros principales adversarios para eludir los tres puestos de abajo. Y de eso es plenamente consciente Concepción, aunque como excelente empresario que es siempre le ha gustado tener visión de futuro.
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Lewis Rogers -