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Desde mi escaño

¡Qué fácil es meterse ahora con Nadal!

¡Qué fácil es meterse ahora con Nadal!

Rafael Nadal, obvio es decirlo, no atraviesa por su mejor momento profesional. Sin embargo, no considero que sean pertinentes (más bien todo lo contrario) todas las críticas que se están vertiendo desde determinados medios de comunicación a los que, en su momento, no les bailó el agua y no quiso convertirse en el tenista de tal cadena o de tal emisora de radio, sino que siempre tuvo atenciones para cualquier plataforma periodística. Y eso, en este santo país de envidias llamado España, no suele deparar réditos cuando las cosas vienen mal rodadas. Ahora, cuando el de Manacor parece estar en esa cuesta abajo, son esos mismos periodistas, pocos y con nombres y apellidos conocidos, los que sacan del armario la guadaña para hacer leña de un árbol que, sinceramente, sólo está inclinado, pero aún va a tardar en caer y a buen seguro que se enderezará.

 

La penúltima que le ha caído al bueno de Rafa es haber hablado de la religión y de que por la lucha entre las diferentes creencias se han producido millones de muertes. Oigan, ¿y es que acaso es mentira? Ahí está el problema, mis queridos amigos, que algunos pretenden falsear los hechos, dividir las religiones entre buenas y malas y todos sabemos que, por ejemplo, las Santas Cruzadas para imponer el cristianismo allende el Mediterráneo dejaron tras de sí un reguero de cadáveres importantísimo o, más recientemente, las inmolaciones en nombre de Alá en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los Estados Unidos. Sí, la religión, en términos globales, la lucha por imponer una creencia sobre otras, en términos generales, ha propiciado que muchas personas perdiesen la vida. Pero claro, algún ignorante moderno ha escuchado estas palabras en boca de Nadal y lo más bonito que se le ha ocurrido es decirle que se calle y que juegue mejor al tenis.

 

En fin, estoy convencido de que más pronto o más tarde volveremos a disfrutar de las excelencias del manacorí, estoy seguro de que el sensacional ambiente que rodea al equipo español de Copa Davis le hará sentirse plenamente reconfortado y podremos disfrutar nuevamente de su magnífica destreza con la raqueta. Desgraciadamente, contra lo que no podrá competir Nadal (ni nadie con un mínimo de humildad) son esas críticas aceradas, superficiales y que no van al fondo de la cuestión. Enormes satisfacciones nos ha dado el balear en estos cinco últimos años como para defenestrarlo por un semestre cargado de lesiones y de otros aspectos personales que, en este caso, no vienen a cuento sacar a relucir.

 

 

1 comentario

Lewis Rogers -

Lo escribí en su momento y me reitero ahora: Nadal es uno de los profesionales más fiables que tiene el tenis (el deporte) español y si no, ya lo verán pronto en la Copa Davis. Ha tenido un año malo, comparándolo con los dos anteriores, pero más que nada todo se ha debido a las lesiones, que en una disciplina como la tenística están a la orden del día. Nadal es un atleta, pero con una cabeza muy bien amueblada. Los triunfos no se le suben a la chepa, sino que más bien los lleva con la máxima humildad posible. Le ha ido mal el 2009 y resulta que ha ganado cinco torneos y se ha embolsado varios millones de dólares. Eso, la verdad, yo no lo gano todos los fines de semana, pero es que el mallorquín es una figura mundial en lo suyo. Que ha fallado más de lo esperado, pues ahí tienen ustedes a los señoritos del fútbol o del baloncesto que también han pifiado lo suyo y nadie se mete con ellos. Es más, sólo tiene 23 años y ya quisieran para sí muchos tenistas del circuito todo lo que ha hecho. Resurgirá en cuanto se adapte al físico tras la recuperación y si no fuera así, que le quiten lo bailado. Que Mapfre no hay más que una.