Neuronas políticas abortadas y abortistas
No es sorpresa ni, por tanto, puede sorprender, pero el pasado miércoles quedó patente que este Gobierno progresista es lo más parecido a un régimen comunista de los que aún quedan por tierras de China y de Cuba. Como en este país no hay suficientes problemas de los que ocuparse, ahora los grupos parlamentarios del PSOE y de ERC-IU-ICV (más el inmoral apoyo de los católicos del PNV) han acordado que la nueva Ley sobre Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo garantice que se imparta educación sexual en todos los niveles educativos de los colegios y que los alumnos de la disciplina de Ciencias de la Salud (Medicina y Enfermería) estudien cómo se realiza un aborto.
Asimismo, también han acordado que la nueva ley reconozca el derecho a la objeción de conciencia a los profesionales sanitarios directamente implicados en la ¿interrupción? de un embarazo, como son el cirujano y el enfermero. Pero ojo, que esta medida tiene trampa puesto que, al mismo tiempo que se da carta de naturaleza para que el facultativo pueda anteponer sus motivos morales y de ética a la hora de negarse a practicar un aborto, la ley reza que la objeción deberá hacerse por escrito y de manera individual para evitar las "objeciones colectivas" de todo un hospital y para garantizar la práctica de abortos en los centros públicos.
Y, para rematar la jugada de los despropósitos, socialistas, izquierdistas e independentistas republicanos (con el inmoral apoyo de los católicos del PNV, insisto) reclaman que los conceptivos de última generación estén financiados en su totalidad o en parte por la sanidad pública o, lo que es lo mismo, que el resto de los españoles paguemos el capricho de unos pocos (o en este caso mejor decir de unas pocas) que siguen creyendo que el sexo o quedarse embarazadas es simplemente un juego que no tiene consecuencias, que no deja secuelas. Además, para asegurar la protección de la menor, este tripartito reconoce, hipócritamente, que no se opone a que se informe a los padres, pero precisa que se debe preservar en todo momento que "la decisión es de la mujer, tenga 16 o 25 años”.
Señores, esto es el nivel de nuestros gobernantes, concretamente de los grupos que sostienen al actual Ejecutivo y que, lejos de preocuparse por lo que afecta a millones de españoles, como es el paro, una sanidad ruinosa, una educación que marcha proa al marisco, etcétera, etcétera, no, a estos caballeros sólo les importa que el aborto se convierta en un derecho a la misma altura (o incluso por encima) que el derecho a nacer, saltándose a la torera el artículo 15 de la Constitución Española, el del derecho a la vida. Hombre, siendo irónicos, por un lado no me sorprende que las huestes zapateriles, en este caso concreto personificadas en las figuras de las señoras Aído y Jiménez, estén por la labor de que el aborto se incremente en España. Será, digo yo, para no seguir aumentando la lista de desempleados en este país.
Y, lo repito una vez más y matizando claramente que no le deseo la muerte a nadie, pero me hace gracia que estos políticos jueguen con la vida de unos inocentes cuando ellos y ellas nacieron gracias a que sus madres optaron por decir que sí a alumbrar a nuevos seres humanos. A no ser, claro está, que este Gobierno al completo apareciese repentinamente, como las esporas, y en realidad su concepto de vida fuese radicalmente opuesto al nuestro. Bueno, de esto último no me cabe la menor duda.
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Máximo Medina -